N. A. Ninguna de las Anteriores: expectativas cumplidas
Demasiada expectativa siempre puede jugar en contra, y esto
era a lo que se enfrentaba Mario Ballón al presentar su siguiente proyecto
teatral: N. A. Ninguna de las Anteriores, luego de la notable revelación del
año pasado Generación en liquidación, estrenada en el Teatro de Cámara. Ahora
es el nuevo espacio “El Galpón” el lugar elegido para su segunda aventura, con
la producción de la Universidad Católica y la co-dirección de Carolina
Barrantes (actriz en Generación liquidación), y hay que decir que las
expectativas fueron cubiertas largamente, pues se trata de un inteligente
montaje que aborda nuevamente un tema trillado (en “Generación…” fue la
sociedad de consumo), que es el del trato injusto y condenable hacia los
homosexuales.
La puesta en escena, que sigue la vida de tres hombres
diferentes (o tal vez el mismo), juega en un inicio con dos temas aparentemente
irreconciliables: la inexorable legalización de los DD.HH.HH (Derechos Humanos
Homosexuales) y la construcción del personaje. Y es la condición homosexual de
los protagonistas lo que señala el punto en común entre ambos tópicos: día a
día deben lidiar contra el resto del mundo, interpretando cada uno su mejor
papel de heterosexual. A través de las diferentes escenas organizadas
limpiamente en el espacio escénico, llenas de danza contemporánea, música,
multimedia, abundantes y clarísimos simbolismos, alcanzamos a entender a
plenitud el mensaje de concientización sobre una realidad que ya no se puede
ignorar.
Los actores César Gólac, Sandro la Torre, Tania Ruiz y el mismo Ballón ejecutan con absoluta seguridad, pulcritud y energía cada uno de los episodios que conforman esta creación colectiva: los talleres didácticos sobre los gays, la familia disfuncional con la madre sobreprotectora, el travesti que busca parecerse a su amiga, el sufrimiento caleta del patán del barrio, entre otros cuadros tan contundentes como comprensibles.
N. A. Ninguna de las Anteriores es un montaje que nos devuelve la esperanza sobre la necesaria existencia de nueva sangre teatral, que debe siempre renovarse para mostrarnos espectáculos originales, atractivos, transgresores y de gran calidad que sacien las expectativas de los espectadores más exigentes.
Sergio Velarde
23 de julio del 2008
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