Arguedas de Cuatrotablas
Ingresar al mundo de José María Arguedas es ingresar al Perú
y todas sus contradicciones. El grupo CUATROTABLAS lo hace con cuatro
formidables actores y logra trasmitir todo el valor telúrico del escritor
suicida. Lo majestuoso del Perú aparece ante la mirada de un niño con todas sus
reverberancias de magia y rencor.
Estos Ernestos que poseen el escenario con toda la parafernalia léxica del autor de Todas las Sangres, se expresan con la fuerza que sólo un peruano puede tener, cuando se refiere a Arguedas. La música en Quechua es el suficiente andamiaje atmosférico y las imágenes nos conducen por los cauces de vivencias bien vividas que han marcado el corazón sensible de un niño. Si hay algo que pueda marcar el corazón sensible de un niño, es la visión de un Perú contradictorio con caminos como encrucijadas, de donde no se sabe a ciencia cierta por donde tomar.
Esos son los Ríos Profundos de Cuatrotablas y Arguedas; son los ríos de la memoria que nos agobian a veces, pero de los que tenemos que dar cuenta para exorcisar todos nuestros demonios y poder avanzar. Poder arribar siquiera a lo que propone como sueño el Arguedas del Zorro de Arriba, el zorro de abajo, que nos resconozcamos en el Perú de estos hervores para poder superarlos y llegar a hacer una sociedad de la concordia que todos queremos, aunque sea por una vez vivir.
El Arguedas de Cuatrotablas es apenas un paso de este reconocimiento. Pero un paso bien ejecutado y sin dubitaciones.
Luis Paredes
Asociación Peruana de Crítica e Investigación teatral
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