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lunes, 3 de noviembre de 2025

Crítica: ESQUIZOFRENIA


Sombras del pasado

Esquizofrenia es una obra que nos adentra en la compleja psique de Ignacio, un hombre cuya vida ha estado marcada por la violencia y el abandono. Desde el primer momento, el público se siente inmerso en un universo donde el tormento interno y los recuerdos reprimidos juegan un papel crucial. Tras un gran e impactante inicio se desvela una verdad fría e inquietante: Ignacio es un asesino.

La estructura narrativa de la obra se despliega de manera impactante a medida que Ignacio comparte su confesión. De allí en adelante notamos la habilidad del guionista para entrelazar diálogos conmovedores; resulta sin duda notable, sumado el lenguaje corporal de cada actor y actriz, que hacen que la puesta en escena se convierta en una experiencia sensorial única. No cabe duda de que los intérpretes ofrecen un despliegue energético y convincente, logrando que cada movimiento y acción física cuente una historia propia que refleja el desorden mental del protagonista. La dirección es magistral, trasladando el caos interno de Ignacio a través de una coreografía meticulosa que nos lleva a viajar por sus miedos y traumas.

El diseño técnico de la obra merece una mención especial. Las luces, cuidadosamente orquestadas, van desde tonos oscuros que evocan desesperación hasta destellos brillantes que sugieren momentos de revelación y esperanza. Además, el sonido acompaña de manera sutil pero efectiva, creando una atmósfera envolvente que sostiene la tensión emocional de la narrativa. Juntos, estos elementos técnicos no solo complementan, sino que elevan la experiencia escénica, asegurando que el espectador permanezca cautivado de principio a fin.

En resumen, Esquizofrenia es una obra que no solo explora el colapso de una mente fracturada, sino que también invita a la reflexión sobre la naturaleza humana y las sombras que pueden habitar en cada uno de nosotros. Con un elenco comprometido y una puesta en escena solvente, se convierte en un viaje emocional que resuena mucho después de que las luces se apagan. Sin duda, una experiencia teatral que merece ser vivida.

Javier Gutiérrez

3 de noviembre de 2025

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