Páginas

domingo, 4 de mayo de 2025

Crítica: ROCOLA HURACÁN


Un musical nostálgico

El director Mario Gaviria nos trae nuevamente una obra musical interdisciplinaria, escrita por Loko Pérez, y que promete mantener al público entretenido, al mismo tiempo que conmovido por cada acontecimiento que sucede sobre el escenario. 

Un restobar que se cae a pedazos; el dueño del local es un joven con salud frágil y problemas familiares; trabajadores que como empleados son buenos cantantes... a grandes rasgos estos son algunos de los elementos que le dan forma a la historia: un musical ambientado en una época de posguerra, cuando todo parece que está perdido, de alguna manera, el arte y la creatividad terminan triunfando, y no de la típica forma cliché.

La obra se desarrolló en la Sala Quilla, un ambiente bastante innovador que permitió a los nueve actores estar aún más cerca del público, lo cual, por tratarse de un musical, es bastante útil, pues conectas aún más con el momento.  Esto, sumado a la evidente preparación de todos los actores y actrices, que supieron llevar el ánimo del espectador, desde momentos tristes o de tensión hasta risas y carcajadas. Daba la sensación de que realmente se tratase de un concierto. 

Respecto al libreto, bastante contemporáneo y original, aborda un tema que nunca pasa de moda: el arte no muere, se transforma, muta, pasa por todo, pero no muere. Cada línea dicha por cada actor y actriz fue adecuada, nada se sintió que sobrara o faltara.

La escenografía fue también precisa, nada elaborada, con solo algunos elementos que le permitían al público ambientarse aún más en el contexto. Aprovecharon cada espacio del local, lo cual es bastante conveniente para ayudar al público a mantenerse atento a lo que pasaba, no sabías de qué parte del teatro podría aparecer el personaje.

Es una historia que apuesta por la igualdad en el mundo del arte; es decir, ninguna expresión artística es superior a la otra, no hay jerarquías, un sketch de clown o un concierto de rock son tan importantes como un concierto de música clásica.  Al final, arte es arte, y de alguna manera logran complementarse para llegar a algo aún más grande e innovador.  Nos demuestra que de eso se trata, de seguir transformándose y adaptándose, ser resilientes.

Barbara Rios

4 de mayo de 2025

No hay comentarios:

Publicar un comentario