Entre coros y migrantes: la historia de Shauba y Mohamed
Existe una isla italiana, cercana a Sicilia, llamada
Lampedusa, y desde el año 1992 resulta ser el puente de entrada a Europa de
miles de migrantes africanos. Es precisamente en este contexto representado Naufragios, montaje de los alumnos de
8vo ciclo de la Especialidad de Teatro de la Facultad de Artes Escénicas de la
PUCP. Los estudiantes interpretan la historia de Shauba y Mohamed, dos jóvenes
africanos que nos comparten sus propósitos al querer dejar sus hogares para
buscar mejores oportunidades.
Esta propuesta alberga dos obras de Lina Prosa: Lampedusa Beach y Lampedusa Snow, bajo la dirección de Alberto Ísola. La temporada
tuvo lugar en el Centro Cultural de la misma casa de estudios. El elenco estuvo
conformado por Mitsue Barrón, Valeria Castillo, Claudia De la Torre, Héctor
Flores, Gonzalo García, Vanessa G. Alonso, Valeria Mondoñedo, Héctor Montoya,
Fabrizio Morales, German Ojeda, Gustavo P. Billinghurst, Susan Pinedo, Rosa
Quispe, Valeria Rios, Francesca Urro y Luis Yarasca.
El elenco de actores fue dividido en dos coros: uno de
mujeres interpretando a Shauba, y otro de hombres interpretando a Mohamed. La
historia de cada personaje fue contada de manera tal que todos los actores
tuvieron la oportunidad de interpretar un momento específico del personaje a lo
largo de la representación. Además, el trabajo coral permitió extender la
presencia del personaje, de modo que aportaban a la contextualización de la
historia. Tanto la representación de la historia de Mohamed como la de Shauba
fueron intercaladas, de modo que conocíamos las dos historias de a pocos,
permitiendo al espectador comparar y reconocer los elementos en común de la
situación de ambos personajes.
Los dos coros lograron apropiarse sensiblemente de la
historia y esencia de aquellos jóvenes migrantes, destacando por una técnica
actoral a la altura de un montaje profesional como este. Es impresionante cómo
el elenco alcanzó transmitir las condiciones infrahumanas en las que los dos
jóvenes cruzan el mar, buscando mejores oportunidades. Representa un reto
actoral que, en definitiva, el elenco superó.
El elemento “Lampedusa” dentro de la representación se
convierte en el fin, en un elemento concreto que se persigue a toda costa.
Mohamed y Shauba ejemplifican cómo un mismo objetivo puede terminar teniendo
cursos distintos, finales opuestos, o finales no esperados. El espectador, al
conocer las dos historias completas, podrá entender que, finalmente, existen
muchas Lampedusas en el cotidiano, y que quizá nosotros mismos somos náufragos
a nuestro modo. En definitiva, Naufragios
es una dosis de sensibilidad movilizadora, que lleva al espectador a empatizar
con aquellos jóvenes africanos y sus realidades, las cuales quizá no son tan
lejanas como parece.
Stefany Olivos
2 de abril de 2024
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