Una promesa por cumplir
En el Auditorio Julio Ramón Ribeyro del
Centro Cultural Ricardo Palma de Miraflores se estrenó la temporada de la obra El invierno del sol, escrita y dirigida
por Luis Yataco, la cual se sitúa en el contexto de la guerra de las Malvinas
(1982), que enfrentó a la República Argentina y el Reino Unido por la soberanía
del archipiélago. Así, la intervención peruana en favor de Argentina es el punto
de partida de un interesante argumento narrativo que gira en torno a las
secuelas personales de los conflictos armados.
Forman parte del elenco peruano-argentino:
Marisa Minetti, quien interpreta a Valentina, una periodista argentina que
busca a Santiago (Javier Valdés), su padre, un ex oficial peruano que luego de
fallar una misión de compra y entrega de armamento para la Argentina,
desaparece sin dejar rastro. Dicha búsqueda se convierte en una promesa que
Valentina le hizo a su madre (Melina Hernández), encontrando en su camino a Rubén
(Luis José Ocampo), un misterioso hombre al que pide ayuda. Finalmente, la
presencia de un Santiago joven y otros personajes, recae en Nicolás Valdés.
Respecto a la escenografía, los elementos utilizados
son funcionales y aportan a las acciones de los personajes. De otro lado, el
juego escénico que plantea Yataco, apoyándose en el diseño de luces y la
música, el cual nos revela una suerte de flashback entre los recuerdos de
Santiago y su presente, exige por parte del espectador suma atención, pues hay
una cierta complejidad también por el uso de otro idioma, que aporta un toque
de humor, en medio de la tensión que propone la trama. Quizá, en algunos
momentos el ritmo se sentía un tanto irregular, por ello la concentración para
no perder los detalles de la puesta se hacía casi indispensable.
El
invierno del sol es una intensa puesta en escena
que ofrece un punto de vista muy humano acerca de las dolorosas consecuencias
que trae la guerra. En este caso, la difícil decisión de un hombre que debe elegir
entre su misión como oficial peruano y su propia vida, que involucra sus lazos
familiares y afectivos, así como la toma de responsabilidad frente a un hecho
que no pudo cambiar. Sin duda, una representación necesaria, que abre muchas
interrogantes en tiempos donde la violencia parece no tener fin.
Maria
Cristina Mory Cárdenas
13 de noviembre de 2023
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