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viernes, 23 de diciembre de 2022

Crítica: TODO ARRAU. EL SOL Y LA ESPERANZA


Emotiva celebración en el Club de Teatro de Lima

Escribir sobre los 69 años de labor ininterrumpida del Club de Teatro de Lima no solo implica el mencionar a su fundador, el maestro Reynaldo D’Amore, sino además a uno de sus más recordados y queridos profesores: el dramaturgo, director y pedagogo teatral, chileno de nacimiento pero peruano de corazón, Sergio Arrau. Prolífico autor, la institución le realizó un más que merecido homenaje, titulado Todo Arrau, escenificando una gran cantidad de sus piezas cortas durante el mes de noviembre. Para cerrar este ciclo, se presentó durante el último fin de semana una de sus obras de larga duración que lleva por nombre El Sol y la Esperanza, ciertamente en una arriesgada elección, con la dirección de Josefo Palomino.

Publicada por la ENSAD en el libro Trío y cuarteto (2014) y estrenada como muestra en el Club de Teatro de Lima en el 2016, el texto se inscribe dentro del estilo “real-maravilloso” de Arrau, con inesperados protagonistas, falsas identidades, situaciones épicas e improbables, terribles estragos causados por las actitudes más bajas del ser humano y un corrosivo humor negro que se deja sentir a lo largo de toda la trama, hasta el desesperanzador final. Y se puede afirmar que fue un riesgo el presentar esta obra, ya que los múltiples personajes, acciones y espacios evidenciaron finalmente en escena el esmerado esfuerzo por sacar adelante el proyecto, la prisa por los ensayos antes del estreno y el oficio de los actores más experimentados frente a los demás en la ejecución de sus secuencias. No obstante, el espíritu de Arrau sí que estuvo presente durante toda la presentación.

Buen trabajo del elenco en general, compuesto por diecisiete actores entre profesores, estudiantes y egresados, con Santiago Giraldo y Maycol Ascencios como los atolondrados protagonistas, bien secundados por Ilda Polo. La experiencia la ponen Pold Gastelo y Paco Caparó; por su parte, Feffo Neyra asume sus múltiples papeles con mucha frescura. Si bien es cierto con tropiezos en su fluidez debido a su poco tiempo de gestación, El Sol y la Esperanza es un más que digno homenaje a un maestro irrepetible como lo fue Arrau y confirma que el Club de Teatro de Lima se encuentra en las mejores manos, mientras que se respeten y valoren a sus fundadores y profesores, quienes lo convirtieron en la valiosa institución que es ahora.

Sergio Velarde

23 de diciembre de 2022

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