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miércoles, 22 de junio de 2022

Crítica: TENIS


Fail Deuce

En primer lugar, debo explicar el título de este texto. Cuando en el interesante y poco practicado deporte del tenis se falla un punto se lo conoce, reglamentariamente, como fail deuce o error en la jugada en español; en ese sentido, hago una alegoría con Tenis, el espectáculo reseñado, en donde resaltó más la carencia de originalidad que otros aspectos.

Lo más atractivo del espectáculo fue definitivamente la escenografía, con un estilo minimalista. Cuando aprecié por primera vez los colores y la distribución del mobiliario, me pareció un cuadro cubista con mezcla de arte contemporáneo. Los tres ambientes eran interesantes: a la izquierda, un vestuario; al medio, una ducha; y a la derecha; un parque. Daba la impresión de que vería una comedia interesante.

Antes de ir al grano, quisiera ensayar una reflexión. Durante los años de la cuarentena, no solo aprecié montajes virtuales de Perú sino de otros países. En una oportunidad, logré ver Radojka, de los dramaturgos uruguayos Fernando Schmidt y Christian Ibarzábal, en el ciclo de montajes virtuales que ofreció el Teatro Nacional de Colombia. Fue una comedia adaptada de manera muy original y lo que más me sorprendió fue la duración de la temporada. La primera vez que la vi virtualmente, ya habían pasado mínimo dos meses desde su estreno, en noviembre del 2021, y cuando revisé en abril de este año, no solo seguía en cartelera, sino que ya habían asignado a otras actrices y estaba en función presencial con gran acogida. Habrá estado mínimo seis meses en temporada ininterrumpida. Por otro lado, cuando Radojka llegó al país, precisamente en el Nuevo Teatro Julieta, no pasó de unas cuantas funciones. Esto me hace reflexionar sobre dos aspectos: ¿Estaremos realizando adaptaciones poco atractivas para el público? ¿Por qué los montajes en Lima son de temporadas tan cortas?

En general, las actuaciones de Tenis no fueron del todo creíbles, con poca presencia actoral y organicidad del movimiento, pero acaso lo más grave sea el haber apelado al humor chabacano. Este montaje, en su versión original, surgió del Festival Internacional Rosa de Bogotá, un evento donde se congrega y premia a expresiones artísticas que buscan reivindicar a la comunidad LGTBI y otras diversidades sexuales. Pero sobre todo, es un evento auspiciado por el Instituto Distrital de las Artes de Bogotá (Ideartes), una especie de Secretaría de Cultura del Municipio de esa ciudad, del cual me consta que tiene un gran trabajo en reducir las brechas de acceso a la cultura en comunidades socioeconómicamente marginadas. El montaje presentado en el Nuevo Teatro Julieta no mostró al homosexual como un sujeto con derechos, o revindicar alguna causa justa, o algo similar. Al contrario, y por eso resalto la aproximación a la homosexualidad de manera burda, como si se tratase de un sketch de parodia de la televisión peruana de los sábados por la noche. Sobran ejemplos de lo que estoy tratando de decir.

¿Alguno de los actores realmente pertenece a la comunidad LGTBI? Si yo perteneciera a dicha comunidad, el montaje podría considerarlo como una comedia bufonesca, nada más. Pero bajo ningún sentido, digna de un premio o mínimamente con calidad para participar en un festival, como el de la Rosa de Bogotá. Por eso mi previa reflexión: ¿se están adaptando bien los montajes internacionales en Lima? Pues tengo mis dudas.

Como mencioné anteriormente, las actuaciones pecaron de simplistas. Sin embargo, rescato a Jesús Oro, el protagonista de la obra. Su personaje del tenista enamorado fue el más realista. Por otro lado, en la obra se abusó de los tiempos en que transcurren los acontecimientos, pues los personajes recordaban momentos pasados y volvían al presente todo el tiempo, de tal manera que llegó a ser confuso. Por cierto, no tengo nada en contra del estilo de humor de ciertos formatos televisivos; de hecho, creo que al igual que el género de la telenovela, estos tienen una narrativa y públicos diferentes. Sin embargo, sostengo que uno acude al teatro para vivir otro tipo de experiencia.

Enrique Pacheco

22 de junio de 2022  

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