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domingo, 29 de mayo de 2022

Crítica: SURTE. EL SONIDO DE LOS SUEÑOS


Dejar la patria atrás

Como dijera Günter Grass, todas las grandes culturas surgieron como producto del mestizaje, es decir, de la migración de seres humanos hacia distintas regiones. Sin embargo, todo este fenómeno viene afectando a millones de personas a nivel mundial, quienes se ven forzadas a abandonar sus tierras y muchas veces a sus seres queridos, ya sea para conseguir nuevas oportunidades laborales y económicas, o para escapar de peligrosos conflictos. Si bien es cierto que las distancias se han venido acortando gracias al avance de las comunicaciones, también lo es que en este momento la cantidad de personas que vive en un país distinto de su país natal ha superado todo límite, de acuerdo al informe de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) del 2020, con más de 270 millones de migrantes en el mundo. Nuestro país no es ajeno a esta situación. En ese sentido, SURTE. El sonido de los sueños, con dramaturgia conjunta de Carlos Gonzáles y Percy Encinas, explora de manera sobresaliente esta problemática, en un montaje atípico y arriesgado.

Presentada en desorden cronológico, pero con un conveniente apoyo visual que nos permite seguir la trama sin dificultad, esta se va tejiendo en varias líneas narrativas, siendo la principal la de la abuela Abi (una excelente Lilian Nieto), su nieto Facundo (Alejandro Tagle) y el viaje que este último anhela realizar al país del norte, en donde ambos asumen (ingenuamente) que él podrá desarrollarse como músico y alcanzar el estrellato. Los demás personajes, interpretados sin tacha por Javier Valdés, Cecilia Monserrate, Lía Camilo y Laly Guimarey, aportan con sus respectivas historias a delinear los dramáticos trances a los que se enfrentan los millones de migrantes a nivel mundial, en sus muchas veces infructuosa búsqueda de libertad, estabilidad y paz.

Mencionábamos líneas arriba que el montaje presentado en la Alianza Francesa de Miraflores, a cargo de la directora colombiana Luz Marina Rojas Merchan, se sale de lo convencional y además, toma riesgos en su puesta en escena, con proyecciones multimedia, música, canto en vivo y coreografías, mientras que los actores permanecen siempre presentes en el escenario. El resultado es dinámico y entretenido, intercalando escenas cargadas de dramatismo con otras ejecutadas con picardía y humor, de manera fluida. La Dirección de Producción Artística y Actividades Académicas de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático ENSAD y la Asociación Iberoamericana de Artes y Letras AIBAL consiguen con SURTE. El sonido de los sueños un sólido espectáculo que aborda una compleja y sentida problemática, que lejos de encontrársele una pronta solución a nivel mundial, esta propuesta de Gonzáles, Encinas y Rojas Merchan nos proporciona, por lo menos, un aliento de esperanza.

Sergio Velarde

29 de mayo de 2022

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