Dejar la patria atrás
Como dijera Günter Grass, todas las grandes culturas
surgieron como producto del mestizaje, es decir, de la migración de seres
humanos hacia distintas regiones. Sin embargo, todo este fenómeno viene
afectando a millones de personas a nivel mundial, quienes se ven forzadas a
abandonar sus tierras y muchas veces a sus seres queridos, ya sea para
conseguir nuevas oportunidades laborales y económicas, o para escapar de
peligrosos conflictos. Si bien es cierto que las distancias se han venido
acortando gracias al avance de las comunicaciones, también lo es que en este
momento la cantidad de personas que vive en un país distinto de su país natal
ha superado todo límite, de acuerdo al informe de la OIM (Organización
Internacional para las Migraciones) del 2020, con más de 270 millones de
migrantes en el mundo. Nuestro país no es ajeno a esta situación. En ese
sentido, SURTE. El sonido de los sueños,
con dramaturgia conjunta de Carlos Gonzáles y Percy Encinas, explora de manera
sobresaliente esta problemática, en un montaje atípico y arriesgado.
Presentada en desorden cronológico, pero con un conveniente apoyo
visual que nos permite seguir la trama sin dificultad, esta se va tejiendo en
varias líneas narrativas, siendo la principal la de la abuela Abi (una
excelente Lilian Nieto), su nieto Facundo (Alejandro Tagle) y el viaje que este
último anhela realizar al país del norte, en donde ambos asumen (ingenuamente)
que él podrá desarrollarse como músico y alcanzar el estrellato. Los demás
personajes, interpretados sin tacha por Javier Valdés, Cecilia Monserrate, Lía
Camilo y Laly Guimarey, aportan con sus respectivas historias a delinear los
dramáticos trances a los que se enfrentan los millones de migrantes a nivel
mundial, en sus muchas veces infructuosa búsqueda de libertad, estabilidad y
paz.
Mencionábamos líneas arriba que el montaje presentado en la
Alianza Francesa de Miraflores, a cargo de la directora colombiana Luz Marina
Rojas Merchan, se sale de lo convencional y además, toma riesgos en su puesta
en escena, con proyecciones multimedia, música, canto en vivo y coreografías,
mientras que los actores permanecen siempre presentes en el escenario. El
resultado es dinámico y entretenido, intercalando escenas cargadas de
dramatismo con otras ejecutadas con picardía y humor, de manera fluida. La
Dirección de Producción Artística y Actividades Académicas de la Escuela
Nacional Superior de Arte Dramático ENSAD y la Asociación Iberoamericana de
Artes y Letras AIBAL consiguen con SURTE.
El sonido de los sueños un sólido espectáculo que aborda una compleja y
sentida problemática, que lejos de encontrársele una pronta solución a nivel
mundial, esta propuesta de Gonzáles, Encinas y Rojas Merchan nos proporciona, por
lo menos, un aliento de esperanza.
Sergio Velarde
29 de mayo de 2022
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