En medio de la efervescente reactivación teatral, el reacomodo
progresivo de nuestras rutinas prepandémicas, la violencia que parece imperar
en nuestra sociedad, la tragicómica coyuntura política nacional y el lamentable
conflicto armado internacional, tiene que ser el Teatro el que venga a sacudirnos
en su forma más básica y efectiva a la vez. Y es que nada es más agradable que
sentarse en una butaca, olvidar nuestra propia realidad por 60 minutos e
involucrarnos en una sencilla y tierna historia sobre el escenario. Eso es lo
que consigue, en términos generales, Enamorarse
es hablar corto y enredado (2017), pieza escrita por el dramaturgo
argentino Leandro Airaldo y dirigida por Esmeralda Fern, estrenada en la Sala Tovar
de Miraflores.
Dos desconocidos se encuentran casualmente en la banca de un
parque: ella es una citadina perspicaz y él, un campechano hombre de campo;
ambos conviven con la soledad, pero deciden entablar una amistosa conversación.
Sin pretender adaptar el montaje a nuestra realidad, Fern acierta en mantener el
contexto original del texto, representado por el mate que él le comparte a ella, la
clásica bebida gaucha que invita inequívocamente a socializar. Los diálogos son
precisos y poéticos, justos y metafóricos, cortos y enredados, justificados por
el nerviosismo que asoma de vez en cuando en la pareja, pero que no alterará la
conexión entre ellos a pesar de sus evidentes diferencias.
En estos tiempos tan críticos, ver cómo una mujer sola
acepta conversar con un desconocido y además, aceptarle de beber resulta
atípico. Sin embargo, la dirección de actores se luce con el trabajo
interpretativo de María del Carmen Sirvas y Martín Martínez, quienes lucen
convincentes y sólidos en todo momento. Detalles menores como darle un mayor protagonismo
al árbol al lado de la banca y que no sea un simple elemento decorativo, así
como revisar la inclusión de los efectos de sonido, no afectan el desarrollo de
un diálogo honesto y creíble. Enamorarse es hablar corto y enredado, con la producción
de Camerino 4 y la misma Fern, es una revitalizante puesta en escena llena de
sutilezas, que nos recuerda que el amor y el afecto siempre estarán presentes
entre nosotros para salvarnos, aun en los momentos más duros que nos toque
vivir como sociedad.
Sergio Velarde
10 de mayo de 2022
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