Un clásico original
Los montajes de Santiago Giraldo me parecen
que son rescatables, principalmente, porque enfatizan un aspecto que muchas
veces se olvida del teatro: el esfuerzo del actor. Durante estas semanas estuve
leyendo un poco del trabajo del famoso investigador teatral Jerzy Grotowski.
Este polaco, muy controversial en su tiempo, indicaba que en el teatro se puede
prescindir de todo, menos del trabajo del actor.
En ese sentido, el proyecto Un cuento de Navidad siempre será un
gran reto y en esta versión, hecha por los chicos del Club de Teatro, fue muy gratificante
desde el punto de vista estético. Al principio de montaje, se sentía un poco de
vacío por la ambientación muy minimalista y sencilla, pero el esfuerzo de los
actores lo compensó. La historia es más que conocida, pero se puede mencionar
algunos aspectos por mejorar, como los micrófonos de los actores que a veces no
funcionaba bien y la voz se difuminaba en algunas conversaciones importantes.
Si el argumento de la obra no fuese más que conocido, habría sido difícil
entender algunos de los diálogos. Otro aspecto fue la luz, cuya intensidad se
difuminaba mucho y además no se centraba en los actores y por momentos frente a
algunos pasos se resaltaba las sombras. Estos son detalles perfectamente
mejorables.
Por otro lado, y como mencionaba al inicio
de esta crítica, el montaje tuvo muchos puntos a favor. En primer lugar, la
actuación de Gerardo Cárdenas como el protagonista Ebenezer Scrooge fue
sencillamente original. Los cambios de humor del personaje fueron únicos. La
transformación de la ira a la compasión fue muy creíble y destacable. El resto
de actuaciones fueron interesantes y se notaba una cierta naturalidad en la
expresión, pero destacó más la de Cárdenas. Otro aspecto muy positivo fue
apelar al arte del títere; por esta razón, se me vino a la memoria las palabras
de Jerzy Grotowski sobre la importancia del actor más que de aspectos técnicos.
Apelar a los títeres durante las escenas donde implicaba otras escenografías,
no solo fue una forma de economizar los recursos para la presentación, sino una
manera de demostrar que los actores también tienen una técnica vocal que les
permite apelar a esta herramienta. Sinceramente quedé muy sorprendido con los
títeres. Finalmente, el baile durante las escenas y algunas canciones cantadas a
capella fueron muy inteligentes y originales.
Un cuento
de Navidad es un clásico de clásicos en los meses
de diciembre, pero siempre habrá aspectos importantes por resaltar. El trabajo
del equipo bajo la dirección de Giraldo destacó por lo original,
definitivamente.
Enrique
Pacheco
31 de diciembre de 2021
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