El escritor y filósofo escocés Thomas
Carlyle fue el primero en atribuirle el término “Cuarto Poder” a la prensa, a
mediados del siglo XIX, debido a la importante influencia que tienen los medios
de comunicación sobre la opinión pública y la sociedad en general. Y es una
dura realidad que en estas épocas de cambios gubernamentales y crisis
sanitarias, hemos asistido, salvo honrosas excepciones, al total descalabro de
los medios periodísticos en cuanto a su autonomía, rigurosidad e imparcialidad.
Basta leer en redes sociales los profundos daños psicosociales y sus nefastas
consecuencias que ha provocado la desinformación irresponsable. El periodista, basada en la obra del
mismo nombre de Alejandro Ramírez y Felipe Curiel, es una puesta grabada que
explora algunos de los aspectos más trascendentes de esta sacrificada y
delicada profesión.
Presentada por Disco Producciones, la
propuesta del director Jesús Delgado consiste en trasladar a los espectadores en
el tiempo, décadas atrás, dentro de una oscura habitación en la que dos hombres
de prensa mantienen una tensa conversación, mientras que uno redacta con pasión
en su máquina de escribir y el otro se maquilla minutos antes de presentar un
noticiero. Manuel (Nicolás Osorio) es un periodista idealista, que cree
firmemente en la capacidad transformadora que tiene su profesión en el mundo;
sin embargo, Julio (Alberto Vidarte) no comparte dicha afirmación, recordándole
la dura y cruda realidad de la práctica periodística. Los precisos diálogos
exponen muchas de las problemáticas que enfrenta este oficio, todos (demasiado)
actuales y vigentes, que nos llevan a una pertinente reflexión sobre el relevante
papel que cumple en nuestra historia.
Muy buenas las interpretaciones de ambos
actores, un sólido Vidarte y un sorprendente Osorio en una lograda
caracterización, quienes le dan peso y veracidad a sus respectivos personajes. El
manejo de la cámara y los efectos sonoros suman a la fluidez de la propuesta. El
final de la historia, que cuenta con un componente onírico, justifica de cierta
forma la atmósfera tétrica y claustrofóbica que se nos presentó al inicio. El periodista es una oportuna puesta
virtual que aborda la enorme responsabilidad que tienen los hombres y mujeres
que se dedican a informar, sin olvidar además que son seres humanos, con sus
propios conflictos e intereses, y que con su accionar pueden alterar el debido
funcionamiento de este cuarto poder.
Sergio Velarde
6 de agosto de 2021
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