El luto por dentro
Anotábamos en reseñas anteriores acerca de las enormes
posibilidades que ofrecen las aplicaciones virtuales para enriquecer las
propuestas escénicas de los diferentes colectivos del medio, en cuanto a los
variados efectos de sonido, imagen, texturas, filtros, interacciones con el
público, entre otros. Sin embargo, las aparentemente sencillas videollamadas no
se agotan ni dejan de sorprender, especialmente cuando la destreza en dirección
y actuación se encuentra al servicio de una historia plausible y conmovedora.
Es el caso de la nueva propuesta del colectivo Tubo de Ensayo, que lleva por
título ¿Y si el gato se subió al techo?, con la dramaturgia de Nae Hanashiro.
Natalia (Flavia Goya) nota que su novio Santiago (Daniel
Cano) no ha asimilado del todo bien la noticia de la muerte de su abuelo, es
por ello que a través de una videollamada intentará que logre desahogarse y
además, que le mande un mensaje “apropiado” a su abuela. Las directoras Micaela
Valdés y Daniela Zea le sacan todo el partido posible a una trama sencilla en
apariencia, pero que esconde toda una gama de emociones aflorando de a pocos que
transmiten de manera acertadísima Goya y Cano, dos actores que aprovechan hábilmente
los silencios, las miradas y el registro coloquial del texto.
La dramaturgia de Hanashiro no solo se detiene en este conflicto
emocional, que le puede ocurrir a cualquiera de nosotros, sino que explora también
las dificultades que puede atravesar una relación de pareja, especialmente
cuando uno de sus integrantes no alcanza a comprender la conducta del otro. ¿Y
si el gato se subió al techo?, que es una de las excusas para explicarles de a
pocos a los niños acerca de la muerte, es una sólida propuesta escénica, rica
en contenido dentro de su sencillo planteamiento, que no necesita de mayores
artificios para funcionar de manera adecuada y contundente.
Sergio Velarde
20 de mayo de 2021
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