Suspenso en el teléfono
Comienzo estas líneas reconociendo la poca
curiosidad que tenía por experimentar una propuesta tan íntima, como lo es una
llamada telefónica, en la cual se tiene el objetivo de transmitir una historia.
Por supuesto, esta coyuntura ha permitido que autores, directores y actores exploren
distintas formas de llegar al público; esta en particular resulta interesante
en la medida que el estímulo sonoro es la principal herramienta de
comunicación.
Trujillo
2.0, del autor peruano Uroboros Carrington y
dirigida por Ray Alvarez, brinda al oyente la posibilidad de interactuar de
manera directa con el personaje. Ahora bien, este tipo de propuestas requieren
de la disposición del interlocutor, pues su participación y complicidad con el
actor/actriz que está del otro lado de la línea aporta a la dinámica y
desenvolvimiento de la historia. En este caso, uno de los elementos llamativos
es la ficción, que plantea tres llamadas relacionadas entre sí, que dan cuenta
de un proyecto secreto del gobierno con fines siniestros, que ha empezado en la
ciudad de Trujillo y amenaza con extenderse a todo el país.
Cabe señalar que si bien cada historia es
independiente, escuchar todas las llamadas resulta más atractivo, porque además
del factor suspenso que está presente en cada una de ellas, podremos tener una
idea completa de la narrativa. En La advertencia,
nos comunicamos con una fugitiva del proyecto (interpretada por Karen Guiselle),
quien trata de advertir mediante llamadas al azar acerca del “paquete de
limpieza holística” que le ofrecieron para sobrellevar los efectos de la
cuarentena, lo cual según lo que relata es un engaño del gobierno, ya que el
objetivo principal sería eliminar a la población. Por su parte, La oferta, con la actuación de Magaly
Libertad, nos enlaza con una trabajadora del gobierno quien nos ofrece
participar en el proyecto, situación que ya se nos adelantaba en La advertencia, a través de un breve
cuestionario que evalúa tus condiciones post cuarentena; esta mujer trata de
convencerte de participar, explicándote las condiciones para ser parte de este
piloto. Lo curioso surge cuando vuelve a advertirte de lo peligroso del proyecto.
Finalmente, La súplica, con la
actuación de Kike Neyra, nos presenta a un joven un tanto perturbado que ha
participado del proyecto; él refiere que han borrado su memoria y entre
ladridos nos revela que lo convirtieron en una suerte de mascota, explicándonos
que al haber infringido algunas de las condiciones del proyecto, lo están buscando
para eliminarlo, por eso nos pide ayuda para esconderse.
En este punto debo resaltar la acertada
organización y valiosa experiencia que Trujillo
2.0 nos ofreció, teniendo en cuenta detalles como los recordatorios de la
llamada que tocaba escuchar a través de mensajes de texto; la puntualidad al
recibir la misma, y el cuidado al advertir el número del que iban a comunicarse
contigo. Considero importante este punto, ya que es importante como receptor,
sentirnos seguros y confiar en estas nuevas formas de vivir las historias. Por
otro lado, refiriéndonos a la propuesta en sí, las interpretaciones estuvieron
finamente detalladas en las tres llamadas, los actores hicieron un buen manejo
del ritmo, la agilidad, la voz e incluso el lenguaje y la forma de abordar la
conversación con el oyente, lo cual también denota un cuidadoso trabajo en la
dirección. Los efectos sonoros fueron claves para construir el imaginario de lo
que se estaba contando: historias potentes y coherentes, cargadas de suspenso
de principio a fin, capaces de atrapar al más escéptico. Finalmente, la grata
sorpresa que me llevo de esta experiencia telefónica ha modificado las
impresiones iniciales respecto a estas propuestas, que sin duda volvería a
repetir.
Maria Cristina Mory Cárdenas
18 de febrero de 2021
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