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jueves, 18 de febrero de 2021

Crítica: TRUJILLO 2.0


Suspenso en el teléfono  

Comienzo estas líneas reconociendo la poca curiosidad que tenía por experimentar una propuesta tan íntima, como lo es una llamada telefónica, en la cual se tiene el objetivo de transmitir una historia. Por supuesto, esta coyuntura ha permitido que autores, directores y actores exploren distintas formas de llegar al público; esta en particular resulta interesante en la medida que el estímulo sonoro es la principal herramienta de comunicación.

Trujillo 2.0, del autor peruano Uroboros Carrington y dirigida por Ray Alvarez, brinda al oyente la posibilidad de interactuar de manera directa con el personaje. Ahora bien, este tipo de propuestas requieren de la disposición del interlocutor, pues su participación y complicidad con el actor/actriz que está del otro lado de la línea aporta a la dinámica y desenvolvimiento de la historia. En este caso, uno de los elementos llamativos es la ficción, que plantea tres llamadas relacionadas entre sí, que dan cuenta de un proyecto secreto del gobierno con fines siniestros, que ha empezado en la ciudad de Trujillo y amenaza con extenderse a todo el país.

Cabe señalar que si bien cada historia es independiente, escuchar todas las llamadas resulta más atractivo, porque además del factor suspenso que está presente en cada una de ellas, podremos tener una idea completa de la narrativa. En La advertencia, nos comunicamos con una fugitiva del proyecto (interpretada por Karen Guiselle), quien trata de advertir mediante llamadas al azar acerca del “paquete de limpieza holística” que le ofrecieron para sobrellevar los efectos de la cuarentena, lo cual según lo que relata es un engaño del gobierno, ya que el objetivo principal sería eliminar a la población. Por su parte, La oferta, con la actuación de Magaly Libertad, nos enlaza con una trabajadora del gobierno quien nos ofrece participar en el proyecto, situación que ya se nos adelantaba en La advertencia, a través de un breve cuestionario que evalúa tus condiciones post cuarentena; esta mujer trata de convencerte de participar, explicándote las condiciones para ser parte de este piloto. Lo curioso surge cuando vuelve a advertirte de lo peligroso del proyecto. Finalmente, La súplica, con la actuación de Kike Neyra, nos presenta a un joven un tanto perturbado que ha participado del proyecto; él refiere que han borrado su memoria y entre ladridos nos revela que lo convirtieron en una suerte de mascota, explicándonos que al haber infringido algunas de las condiciones del proyecto, lo están buscando para eliminarlo, por eso nos pide ayuda para esconderse.

En este punto debo resaltar la acertada organización y valiosa experiencia que Trujillo 2.0 nos ofreció, teniendo en cuenta detalles como los recordatorios de la llamada que tocaba escuchar a través de mensajes de texto; la puntualidad al recibir la misma, y el cuidado al advertir el número del que iban a comunicarse contigo. Considero importante este punto, ya que es importante como receptor, sentirnos seguros y confiar en estas nuevas formas de vivir las historias. Por otro lado, refiriéndonos a la propuesta en sí, las interpretaciones estuvieron finamente detalladas en las tres llamadas, los actores hicieron un buen manejo del ritmo, la agilidad, la voz e incluso el lenguaje y la forma de abordar la conversación con el oyente, lo cual también denota un cuidadoso trabajo en la dirección. Los efectos sonoros fueron claves para construir el imaginario de lo que se estaba contando: historias potentes y coherentes, cargadas de suspenso de principio a fin, capaces de atrapar al más escéptico. Finalmente, la grata sorpresa que me llevo de esta experiencia telefónica ha modificado las impresiones iniciales respecto a estas propuestas, que sin duda volvería a repetir.   

Maria Cristina Mory Cárdenas

18 de febrero de 2021

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