Un cuarteto de confesiones
Mariangi Laupoble, María
Milena Calero, Camila Málaga y Xiomara Minchan interpretan a un grupo de amigas
dispuesto a confesar situaciones y episodios personales muy complejos. El
espectáculo vía Zoom fue extraño desde un inicio, pues nosotros, como público,
también éramos parte del montaje. Por un momento pensé que Un mal cuarteto es
una obra colectiva producto de una taller montaje, pero no. Los organizadores
permitían que el público pueda estar en escenario-pantalla del Zoom. Sin embargo, se debe detallar que nadie interrumpió a estas actrices
en formación.
Quiero resaltar esto
último como una crítica constructiva: las actrices se ven claramente que están dentro
de un largo proceso de formación y creación de personajes complejos. Ninguna de ellas se puede decir que interpretó un papel sobrecogedor
o con una gran energía puesta en su presencia actoral. A pesar de este detalle, el montaje fue,
dramáticamente hablando, una sorpresa. Al inicio, parecía ser una simple
reunión de amigas de colegio después de muchos años, con un lenguaje juvenil y
muchas veces gracioso, pero nada destacable desde un punto de vista escénico.
Sin embargo, es hacia el final del montaje cuando las revelaciones personales
de los personajes dejan de ser simples anécdotas de cualquier joven de esa edad
(especialmente relacionadas con el sexo) a girar totalmente la historia, luego
de una revelación brutal. Es en ese momento cuando se debe felicitar al trabajo
de Sebastián Bellina Zagazeta como dramaturgo, pues consiguió un giro efectivo,
pero al mismo tiempo, muy humano, ya que desde ahí y hasta el final, el montaje
cambia de ritmo y las intenciones son más claras y menos superfluas.
Por otro lado, no hay
muchos comentarios por otros aspectos estéticos asociados a la producción, pues
las vestimentas eran casuales y la iluminación claramente fue con la luz de
cada habitación, con una música no original. Creo que un montaje como Un mal cuarteto
se presta para ser algo mucho más complejo. Yo, como
humilde recomendación, propondría que se ahonde en las complejidades
psicológicas de los personajes. La
historia se presta para una segunda versión, pues la puesta es sucinta e
interesante. Felicitaciones.
Enrique Pacheco
17 de diciembre de 2020
Muchísimas gracias por la crítica. Aclarar que los aciertos en la dramaturgia se deben a Xiomara Minchan y Camila Malaga coautoras del texto.
ResponderEliminarMuchas gracias por la crítica. Me parece genial ver otro punto de vista más crítico y analítico. Las dramaturgas de Un mal cuarteto son Camila Málaga y Xiomara Minchan, el director Sebastián Bellina. Gracias y abrazos!
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