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lunes, 7 de septiembre de 2020

Crítica: LAS CINCO PREGUNTAS ERÓTICAS


Jugando con la imaginación

Si pensábamos que el formato virtual era solo para obras donde veíamos a los actores en vivo o en grabación representando a algún personaje, estábamos equivocados. Hay algunas personas que han apostado por transmitir a través de plataformas virtuales espectáculos auditivos, con el fin de estimular la creación de imágenes en la mente del público. Es el caso de Las cinco preguntas eróticas, la segunda de un conjunto de seis relatos escritos por autores y autoras teatrales que giran en torno al erotismo, dentro de la primera temporada del proyecto “EROTIQUÉ – Relatos al oído” (producción de Teatra – Globos al Viento), un espectáculo representado en vivo y transmitido a través de la plataforma Zoom.

Escrita y dirigida por Ricardo Morante, la actriz Norka Ramírez y el actor Renato Pantigozo, asumieron el reto de contarnos una historia erótica de manera similar a un viejo radioteatro o radionovela, donde la voz cumple el papel principal, ya que solo escuchábamos a los actores mientras nos iban narrando de manera clara, la historia de una pareja, quienes antes de hacer el amor en la habitación de un hostal, Luisa (Ramírez) le hace cinco preguntas altamente eróticas a Juan (Pantigozo) para profundizar mas en su relación. Por cada pregunta satisfactoriamente bien contestada, ambos se quitarán una prenda.

Antes de iniciar la obra, se creó la atmósfera adecuada y necesaria al ritmo de la canción Mar, el poder del mar de Facto Delafe y las flores azules, pues al ser una propuesta auditiva, fue un gran acierto preparar al público para envolverlo en la historia que posteriormente escucharían durante los 20 minutos que duró la propuesta.

La actuación de Ramírez estuvo llena de detalles. Logró convencernos en cada momento de su interpretación, la voz sensual y seductora que utilizó su personaje logró convencernos de que realmente estaban juntos en esa cafetería donde se habían citado, para posteriormente concretar su encuentro amoroso en esa habitación de hostal, dando rienda suelta a sus pasiones, donde los susurros y besos por parte de ella no se hicieron esperar, los cuales se sintieron tan reales, logrando así que el espectador quienes solo escuchaban, abran su imaginación ante sugerentes sonidos y palabras. Pasando desapercibida la distancia en la que realmente se encontraban interpretando a estos personajes.

En cuanto a Pantigozo, si bien es cierto esa voz masculina y potente que le inyectó a su personaje fue creíble. Hubo un momento, casi al iniciar la obra en la que se le sintió ausente, pues al haber un silencio prolongado después que Ramírez dice un texto, no se supo realmente si fue parte de la obra, problemas de señal propios de la virtualidad o que alguno de ellos se olvidó el texto. Sin embargo, se retomó de la mejor manera para así seguir explorando este formato (radionovela o radioteatro) poco utilizado en nuestro país.

Asimismo, fue interesante ver dentro de esta propuesta momentos cómicos a cargo del mismo Pantigozo, los cuales funcionaron a la perfección. Combinando así la seducción, sensualidad, complicidad y la comicidad en esta obra audible de corte erótico, desarrollado de una manera magnifica y divertida, carente de chabacanería y vulgaridad.

Milagros Guevara

7 de setiembre de 2020

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