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viernes, 7 de agosto de 2020

Crítica: SUEÑOS DE VICTORIA

La mujer en nuestra Independencia

Todos, en nuestra clase de Historia del Perú, especialmente cuando abordábamos el proceso de Independencia, hemos escuchado los nombres José de San Martín y Simón Bolívar con frecuencia. Nuestra historia contada en nuestras aulas nos narraba todas las batallas, documentos firmados y expediciones realizados por los jefes del bando patriota. Pero, ¿acaso solo nuestros libertadores y sus ejércitos participaron en esta contienda para adquirir la gran y ansiada libertad? Si la meta fue abandonar la cadena que mantenía oprimida a todos, ¿cuál fue el rol de la mujer en esa época?, ¿acaso no deseaban ganar también su libertad? Sobre ese tema versa particularmente Sueños de Victoria, lectura dramatizada interpretada por Carmen Osorio, Paco Varela, Pilar Durand, Cristhian Esquiven, Kiyo Gálvez y Omar García. Además, la música fue una composición original de Gerardo Herrera y la obra, escrita y dirigida por Paola Estupiñán.

Sueños de Victoria se trasmitió online a través de la plataforma YouTube. Sin embargo, los intérpretes se conectaron a través de la plataforma Zoom. Por otro lado, el espacio escénico de cada intérprete era un fondo claro. Asimismo, usaban algunas sillas como objetos teatrales aparte de su corporalidad y respectivo vestuario.

El espectáculo inicia con la lectura de las didascalias y la contextualización de la situación, dado que es una lectura dramatizada. Sin embargo, no transcurrió ninguna escena en la que los intérpretes hayan leído el parlamento. Todos observaban al lente de la cámara u algún otro punto fijo, pero ninguno leía alguna línea del texto. Aun así, la lectura de las acotaciones era imprescindible para colocar al espectador en la historia, ya que había poca o nula escenografía.

Los actores y actrices no leyeron el texto, sino que lo interpretaron. No sostener el parlamento le brindó mayor libertad a cada uno de ellos para ser más expresivos corporalmente. Además, realizaron acciones físicas con su corporalidad, lo que desembocó en una gran expresividad en sus interpretaciones. De este modo, transformaron la lectura dramatizada en una aceptable actuación teatral frente a cámaras. Por otro lado, cada línea del texto dicho pertenecía a lo que en verdad sucedía en la obra. Es decir, todos los textos tenían la intención debida y seguían el ritmo de la historia. Sin embargo, hubo ocasiones en que los textos lo decían demasiado rápido sin algún motivo en específico.

La conexión de los actores y actrices influyó en el desarrollo de la obra. A pesar de no estar en convivio, se escucharon y supieron resolver algunos inconvenientes en escena. Aunque se visibilizó el momento en que las actrices tuvieron que improvisar algún tema para salvar la salida accidental del compañero. Sin embargo, lo solucionaron con la posterior entrada de los demás intérpretes.

Sueños de Victoria es una obra que nos hace repensar el papel que jugó la mujer en el proceso de la Independencia. Además, nos invita a conocer la historia de una mujer en particular, tal como es Rosa Campusano, que no fue solo la amante del libertador, sino una mujer aguerrida para logar su independencia.

Elio Rodríguez

7 de agosto de 2020

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