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jueves, 2 de julio de 2020

Crónica: PLAZA TOMADA

Lenguaje y democracia

Wittgenstein mencionaba que “una lengua que no cambia es una lengua muerta” o que “el límite del lenguaje es el límite de nuestro mundo”. A primera vista, el lenguaje inclusivo genera muchas desconfianzas respecto a lo que se refiere, pues es un ámbito que recién se está incorporado en el Perú. Ernesto Cuba, estudiante de Lingüística Hispánica de la CUNY, lo define como las prácticas lingüísticas que buscan evitar el sexismo en el lenguaje. Es decir, no se reduce solo a las formas, como el cambiar el “-x” por los clásicos “ella/ellos”. Luz Muñoz, profesora de Filosofía, indica que es preocupante la normalización de discursos androcéntricos en el lenguaje, es decir machistas. Leyla Huerta, mujer trans y activista, da un enfoque desde su experiencia; por ejemplo, el exceso de usos de términos masculinos inconscientemente desde su propia cotidianeidad.

El lenguaje inclusivo podría hasta tener una justificación más allá de la justicia; lo que sucede es que en el español no tenemos el sustantivo neutron, como sí existe en otras lenguas romances (como el alemán) o no romances. Como indica el moderador de este rico debate, Sebastian Eddowes, en vista que nos falta algo en el español, lo hemos tenido que crear. Adicionalmente, Cuba indicó que ya existen ciertos precedentes en el intento de lenguaje inclusivo, por ejemplo, el uso del “@” en las revistas contraculturales de la década pasada.  

El conservadurismo es actualmente una barrera muy grande para la democratización del lenguaje. Argumentos como “la defensa del matrimonio tradicional” es una bandera para deslegitimar estas luchas, cuando no saben que esa institución se formó recién en el siglo XIX, pues en la Biblia no aparece esa “familia tradicional” como indica Eddowes. Hay que ser claros y coincido con Muñoz que quienes atacan con vehemencia estos derechos tan básicos, en realidad están defendiendo un sistema de opresión y de relaciones de poder y dominación desde la colonia y que en un contexto de república inconclusa, da un panorama desolador.

El sexismo es la discriminación de un género hacia otro por considerar inferior a   este último. Es una práctica prejuiciosa ejercida durante muchos años, que impide en mayor medida al género femenino el goce y el ejercicio de todos sus derechos, limitando su acceso a todas las oportunidades que merece como ser humano, y lo estereotipa en un determinado rol social.

En resumen, los invitados coinciden en que el lenguaje inclusivo no va a salvar al mundo. Sería muy reduccionista e ingenuo pensar algo así, pero es una lucha que se enmarca en una sola palabra: democracia; y además, valor, que muchas veces se nos olvida en el Perú.

Enrique Pacheco
2 de julio de 2020

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