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lunes, 8 de junio de 2020

Crítica: “DE TAL PALO” MINO


Seis personajes para una función especial  

Las propuestas virtuales continúan en ascenso debido a los momentos difíciles que estamos atravesando; son cada vez más producciones, directores y actores del medio teatral los que están apostando por mostrar su trabajo a través de distintos canales digitales. No obstante, considero que es aventurado decir que hablamos de ‘teatro’ propiamente dicho; en todo caso, será muy interesante ver cómo evoluciona esta nueva forma de mantener el contacto entre el público y los artistas escénicos.

En esta ocasión, el actor y autogestor teatral Cristhian Palomino reúne a seis de los personajes más entrañables de su carrera artística, en una función virtual a través de la plataforma ‘Zoom’, en beneficio de la salud de su padre. La presentación se compone básicamente de monólogos, todos interpretados por Palomino y presentados por Carolina Silva Santisteban (activista y youtuber), quien realiza una pequeña introducción acerca de las obras y los personajes, entre cada presentación, lo cual funciona para darle tiempo al actor de cambiar su vestuario y algunos elementos que diferencian una escena de otra.

Tito, inspirado en el Azul Resplandor de Eduardo Adrianzén es el primer personaje que vemos, un anciano que recuerda sus épocas de juventud y le envía un mensaje a través de video a su amada; aquí cabe resaltar la variación en el monólogo, relacionándolo con el tema virtual. El siguiente personaje es Pacheco, de la obra Promoción escrita por Aldo Miyashiro, un adolescente que sufre de acoso escolar y piensa en el suicidio; en esta intervención el actor logra conmover y representar la vulnerabilidad del colegial de manera natural. La tercera representación trae a Zenobio, de la obra Muertos que aún respiran, un joven que pierde a su familia por causa del conflicto interno, narrando con profundo dolor –que traspasa la pantalla- el horror que vivió el día que perdió a su madre y hermana. El cuarto monólogo corresponde a la obra “Y ahora… ¿Qué hacemos con Jacinto?, aquí el actor interpreta a un muchacho con habilidades diferentes que logra superarse y se convierte en un reconocido cocinero. Luego llega Emil, de la obra El último verano, quien le confiesa a su compañera de colegio que le han diagnosticado esquizofrenia y que oye siempre la voz de un famoso pianista. Para cerrar con broche de oro, una obra de Microteatro: Todo por los 15 mil presenta a Roxy, una llamativa Dragqueen, quien pone la nota festiva con su performance de baile, pero termina confesando parte de su historia con tristeza; en este punto, menciono la habilidad del actor para transformarse rápidamente en este personaje con pocos elementos como el vestuario, peluca y accesorios, resolviendo la ausencia del característico maquillaje ‘drag’ con un par de lentes oscuros. Además, resaltar el sobrado dominio del baile, la voz y movimientos por parte del actor.

Sin duda, esta propuesta resulta satisfactoria debido al cuidado en los diferentes vestuarios, el juego de luces  (desde una tenue luz blanca hasta las divertidas luces de discoteca), la música, las proyecciones en el fondo, que acompañaron al actor y complementaron su esforzado trabajo para sacar adelante a seis personajes, los cuales representan obras en su mayoría escritas por él. Visiblemente emocionado al final de esta función especial en favor de su padre, Cristhian Palomino contagió esa emoción a un nutrido público virtual que cambió los aplausos en vivo, por mensajes en el chat de la plataforma expresándole sus felicitaciones.

Maria Cristina Mory Cárdenas
8 de junio de 2020

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