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jueves, 18 de julio de 2019

Crítica: HISTORIA DEL CÍRCULO DE TIZA


El Círculo de la Verdad

Bajo la inspiración de la obra “El Círculo de Tiza Caucásico” de Bertolt Brecht, la agrupación Cultural Palosanto nos presenta una historia adaptada y dirigida de Ismael Contreras y la producción de Cecilia Zapata, de nombre Historia del Círculo de Tiza. Cuenta con las actuaciones de Jazmín Labrín como Rosita, Yasmine Incháustegui como la Princesa Malita, Francisco Rodríguez como el Globero, Rodrigo Rodríguez como el Ropavejero amigo de Rosita y Herberth Hurtado como el Guachiman de Malita.

Como dice la canción con la que apertura la función, esta es una historia con “historia”: otras también la contaron. Palosanto presenta esta obra por segunda vez y es de destacar el esfuerzo que ponen por presentar un gran trabajo de utilería, decoración, maquillaje y luces, los mismos que han evolucionado bastante desde entonces. Si bien la historia no es del todo original, hay algo que resume la función y es la creatividad y la sorpresa.

La función empezó con un numeroso público asistente lleno de familias y un cándido Ismael Contreras conminado a los padres a que sean parte del proceso de educar a los niños, poco a poco, en el lenguaje del teatro. Los actores, sin sus vestuarios, aparecen de improviso desde el público hacia el escenario, danzando e interpretando una historia, dentro de la historia del Círculo de Tiza. Esto es realmente creativo e inesperado: abordan sutilmente una temática muy actual: la Reforma Agraria.

Un grupo de campesinos en los Andes trabaja la tierra desde hace años y de pronto, un especulador se las quiere quitar, argumentando un título falso, pero ¿de quién es la tierra? Es la pregunta que deja abierta al público en un lenguaje que a los niños emociona. Luego, detrás un castillo muy bien decorado (hogar de Malita) los actores van transformándose en sus personajes. La acción dramática de la historia gira en torno al inesperado hallazgo de un muñeco por Rosita, la emolientera y la disputa que tiene con Malita por reclamarse el mismo objeto, conflicto que finalmente es resuelto salomónicamente.

Las luces están bien puestas sobre los personajes y el color amarillo genera un ambiente muy agradable. Sobre las actuaciones, destaca la trasmisión de ternura de la actriz Jazmín Labrín, cuyo personaje es con el que más simpatizan los niños y comprenden su tristeza. Respecto al dominio escénico, destaca Francisco Rodríguez, por su gran caracterización del Globero, ya que llega a trasmitir la picardía del personaje, así como demostrar sus dotes para el baile y el canto.

El canto es otro elemento destacable del montaje, como sello de Palosanto. Los personajes tienen una mini canción, asociada a sus características dentro de la historia. En este caso, contó con música original muy simpática y lo más importante, que fueron canciones cantadas en vivo y con la voz original de los actores. Por otro lado, el personaje de Yasmine Incháustegui, fue el antagonista de la historia: una niña engreída, pero más que rechazo, los niños llegan a verla como un personaje muy gracioso. 

Finalmente, "Historia del Círculo de Tiza" es una obra con mensajes muy potentes, sobre la importancia del compartir y la empatía hacia los débiles. Culmina su breve temporada este fin de semana en el CAFAE de San Isidro, casa de Palosanto.

Enrique Pacheco
18 de julio de 2019

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