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miércoles, 10 de julio de 2019

Colaboración regional: DOS MUNDOS DOS


Danza teatro

“Mestizos a boca llena, hombres nuevos, doblados en fuerza e ingenio poblaremos el mundo”, texto de  Gómez Suarez en la obra “La Nave de la Memoria” de Ricardo Oré, puesta en escena por la A.I.A Cuatrotablas.

El mestizaje es algo universal e inevitable, más aún en estos tiempos que desdibujamos las fronteras o al menos creemos menos en ellas, aunque falsos patriotismos, regionalismos y localismos quieren ponernos lentes de xenofóbicos para negar todo aquello que no se nos parece, olvidando que también somos una gran cuna de naciones, que entre nosotros ya hay diferentes formas de ver el mismo mundo.

Ser mestizo es una lucha constante de identidad, donde se pone en un balanza olores, comidas, culturas, saberes, técnicas, etc., de una madre, de un padre, que ante todo son seres humanos y no razas o pigmentos, que creo se complementan en sus lejanías y diferencias, muchas veces la balanza se vuelca hacia el lado que creemos más aceptado por nuestra sociedad, abandonado un lado rico y bello, fragmento de nuestro interior, negándonos la visión de un todo.

“Dos mundos dos”, a simple vista, gira entre la danza de dos grupos diferentes, a quienes queremos ver como opuestos, pero hay algo más allá sí nos damos el tiempo de ver: existe un encuentro, un verse y un nutrirse mutuamente, como el seno de una madre común. Se inspira en la forma de entender el mundo del Inca Garcilaso de la Vega, cusqueño de madre inca y padre español, criado con amor por ambas culturas en conflicto. Logrando entender que nuestros diferentes mundos, siempre han sido solo uno.

Nos presenta una serie de danzas de oriente a occidente, de español a indio, en un vaivén de ida y vuelta, como quien se empeña en mostrar sus mejores pasos para sorprender al momentáneo rival de escena, en un contrapunto de danzas donde  se puede dibujar el ritual y buscar en lo más profundo de nuestra memoria, los animales ancestrales: "El Toro y el Cóndor se miran a los ojos dándose la posibilidad de ver lo que tienen en común”, nos dice Marisol Zumaeta. Se miran, se huelen, se escuchan, saborean con los ojos cada paso, sienten cada textura del otro no para imitar sino para aprender, asimilar, transformarlos y  volverlo propio.

En la danza, los cuerpos están presentes, las miradas llenas de  horizonte, las manos en pequeñas tensiones dibujan en el aire formas que danzan con la música; sin embargo, en algunos pequeños momentos que  podríamos llamarlos “teatrales”, donde se pretende representar un ritual quizás imitando alguno visto o que nace de la propia creación de los artistas estos cuerpos elevados por Danza, pierden sustancia y su energía se diluye momentáneamente, hasta que retoman su vibración esencial el baile.

“Dos mundo dos” es una creación, dirección y producción de Marisol Zumaeta, directora de “Expresión Flamenca” en co-producción con Amaru Cárdenas de “Compañía Quechua de Artes Escénicas Tawa”, alianza que nos ayuda a ampliar nuestro panorama, al poder ver una puesta en escena de calidad, donde el encuentro de formas diferentes no nos aleja; por el contrario, nos ayuda a encontrarnos desde lo más esencial: el sentir.

“Esta ofrenda de danza congrega bailarines de flamenco mestizo y danzas tradicionales quechuas, nace de la necesidad de reconciliar las fuerzas en conflicto que heredamos y forman parte de nuestro ser”, nos dice Marisol Zumaeta. Son importantes propuestas como esta, que nos acompaña en nuestros procesos de sanación como personas y como nación.

Miguel Gutti Brugman
Cusco, 10 de julio de 2019

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