La belleza de la diversidad
El Centro Cultural Cine Olaya estuvo presentando en dos
únicas funciones la obra Mundana/Mundäne (obra ganadora de los Estímulos
Económicos para la Cultura 2018 del Ministerio de Cultura), un
espectáculo-performance, que por medio de la danza y expresión corporal expone
y permite cuestionar aspectos como la simplicidad, la belleza, la diversidad, el
uso del cuerpo como instrumento de comunicación y la forma de conectarnos como
seres humanos a través de este lenguaje, tanto en la vida común como en el
plano artístico.
Esta innovadora propuesta es una creación colectiva a cargo
de Carla Coronado, en la cual intervinieron los performers Lorena Peña, Inés
Coronado, Carla Coronado, Christian Olivares y el alemán Roland Walter, artista
conocido como el Rey Alegre, quien vive con la condición de parálisis espástica
y ha participado en espectáculos con artistas de todo el mundo. Un escenario
distribuido de tal forma que las acciones se ejecutaban en distintos planos. Aparece
una mujer de un lado (incorporándose lentamente, dejando que el cuerpo hable) y,
del otro extremo, una maraña de bolsas negras cobra vida a través de una persona
que parece turbada interna y externamente.
De esta forma, se marcó el inicio –un tanto prolongado- de
una serie de cuadros que fueron retratando una especie de pugna entre mente y
cuerpo; los artistas exteriorizaban distintas reacciones (siempre utilizando el
cuerpo) acompañadas de locuciones en off que visibilizaban (aparentemente) sus pensamientos
o emociones. Por otra parte, las intervenciones de este carismático artista
alemán reafirmaron con vehemencia la valía del cuerpo en cualquier circunstancia,
probando con claridad la capacidad de reinventarse continuamente. Evidenciando
además, la conexión y sinergia de los cuerpos en movimiento, trasmitiendo
emociones y reacciones como la complicidad, el miedo, la frustración, la
inseguridad, los prejuicios, la valentía y el optimismo.
Mundana/Mundäne supone una construcción que estimula la
reacción corporal, un lenguaje recientemente incorporado (por lo menos en los
espectáculos locales) en las propuestas escénicas. Ahora bien, en algunos
cambios de escena los espacios se sintieron un tanto largos, situación que desvanecía
la energía que ya se había creado entre el público y la imagen visual. El
contraste surge en los momentos más vibrantes revestidos de música y alegría,
para luego mostrarnos un final que proyecta a los cuerpos como símbolos de
unión, fuerza y autenticidad.
Maria Cristina
Mory Cárdenas
27 de enero de 2019
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