Freaky love
Un extraño maleficio pesa sobre los miembros de una familia:
enamorarse les produce la muerte. Esta maldición pasa de generación en
generación y será aprovechada por el dueño de un circo, quien con tal de
entretener al público, manipulará a un joven de esta familia, mostrándole los
caminos del amor de una particular manera. Este es el argumento de Freakshow, escrita
por Martín Giner y dirigida por Gustavo Seclén.
El montaje se recreó en una atmósfera tenebrosa y misteriosa;
sin embargo, la introducción a la historia, narrada por el personaje del dueño
del circo (interpretado hábilmente por Rodrigo Falla Brousset) fue un tanto
confusa y extendida; dicho esto, es verdad que el concepto de Freakshow alude a
una construcción rara de la realidad, lo cual intentaba explicarse en esta
primera parte.
Por su parte, Alejandra Reyes Freitas y Cristian Covarrubias
estuvieron correctos en sus roles, aunque la naturaleza de los personajes (bastante
elocuentes) denotaba mucha ingenuidad en el caso de la primera. Volviendo a la
puesta en sí, es indudablemente una propuesta que parece recomponer sucesos
cotidianos, editándolos y utilizando el humor como herramienta principal para
sostener la acción. En este caso, el tema del amor, aun expuesto de manera
superficial, no deja de reflejar un trasfondo cierto, sobre todo cuando se
trata de los desencuentros de una pareja, sobredimensionados por la exposición
burlona de este presentador de circo.
Una mención aparte merece el hecho de que todo espectáculo
hecho para un público debe contar con la presencia del mismo, especialmente
esta obra, que para agilizar su dinámica necesita y merece muchos más espectadores
de los que asistimos a esta función. No se debe olvidar que la energía que
aporta el receptor es también un factor importante para el trabajo del elenco,
quien supo manejar con profesionalismo este detalle.
Freakshow es un absurdo necesario que encierra a la realidad
en una historia estructurada con diálogos repetitivos y chistes livianos. No
obstante, esa ligereza es llamativa y permite digerir poco a poco el juego
escénico.
Maria Cristina Mory Cárdenas
14 de agosto de 2018
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