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miércoles, 8 de marzo de 2017

Crítica: EL PAÍS DE LA CANELA

Buscando la especia de la memoria

El país de la canela es una novela del escritor colombiano William Ospina del 2008 y ganadora del prestigioso Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos (2009), y que además, comparte el mismo título con el último estreno del colectivo EspacioLibre, una pieza escrita por Alonso La Hoz y ganadora a su vez del Festival Sala de Parto (2015). Si bien es cierto, tanto la novela como el texto dramático abarcan temáticas diferentes, sí que comparten algunos rasgos en común: la historia de naciones que son presas de sus propias debilidades y los límites a los que puede llegar la violencia en el ser humano. Si el texto de Ospina narraba los épicos avatares de una expedición por el río Amazonas durante la invasión y destrucción del Imperio Incaico en el siglo XVI, la obra de La Hoz sitúa a sus corrosivos personajes en una nación devastada por la guerra y el olvido, un lugar simbólico pero absolutamente reconocible.

Estrenada en el Auditorio del ICPNA de Miraflores, El país de la canela le sigue el rastro a un capitán y un alférez dentro de un país golpeado por la violencia de una guerra que supuestamente terminó, mientras intentan recuperar su propia memoria, que es a la vez la de esta blanquirroja nación. En su camino encuentran injusticias y corrupción en comerciantes, vagos, curas, mujeres y guerrilleros, así como la preciada “canela” del título, que lejos de regular el nivel de azúcar en sangre, genera alucinaciones. Hilarantes situaciones que va encontrando esta pareja dispareja, cuya dinámica bebe de diversas fuentes, desde las absurdas aventuras de Vladimir y Estragón, pasando por el ingenioso humor del Chompiras y el Botija, hasta el tierno optimismo de Laurel y Hardy.

Tal como lo menciona Piero Miovich en su apreciación crítica, Diego La Hoz no pierde su inconfundible y alegórico estilo para dirigir, así sea un texto ajeno. En ese sentido, la pieza de Alonso La Hoz tiene todo el sabor barranquino e íntimo del colectivo. Sin embargo, así como lo anota Eder Guarda en su comentario, el montaje se vuelve algo reiterativo hacia el final, pero sin perder nunca la brújula y su agradecido sentido crítico y sarcástico. Los habituales de EspacioLibre, Eliana Fry García-Pacheco, Javier Quiroz y un particularmente inspirado Karlos López Rentería, le dan la réplica a un inmenso y campechano Ramón García. El país de la canela de la dupla La Hoz, tal como lo es la novela de Ospina, se convierte en un ácido retrato de las miserias humanas dentro de una nación y sus terribles consecuencias, pero siempre salpicado por esa exquisita especia marrón cargada de humor, que nos hace más digerible la confrontación con nuestra propia realidad.

Sergio Velarde
8 de marzo de 2017

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