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miércoles, 6 de abril de 2016

Crítica: COCK

Un  moderno triángulo amoroso   

Love, love, love (2010), comedia dramática dirigida por Mikhail Page, fue uno de los montajes más interesantes del año pasado, pues nos mostró el sorprendente trabajo del dramaturgo inglés Mike Bartlett, que con poco más de 30 años, ya cuenta con prestigiosos premios en su haber. La pieza en cuestión, que retrataba la historia de una pareja que se negaba a envejecer a pesar del inexorable paso del tiempo, llevó el subtítulo “No todo lo que necesitas es amor”. Pues bien, ahora en la puesta de Cock (2009), nuevamente dirigida por Page, Bartlett se sumerge en el amor puro y duro, a través de un triángulo amoroso con ciertos toques de modernidad: un joven llamado John (Fernando Luque) comienza a dudar de su sexualidad y no sabe si seguir la relación con su novio de varios años (Oscar Beltrán) o enamorarse de una guapa muchacha (Karina Jordán). Y si bien el tema (y el mismo título de la obra) puede presagiar algunas escenas subidas de tono, la dirección de Page resalta por su sobriedad y contención.

Siguiendo acaso el camino trazado por algunos directores de estrenos recientes, como Dos para el camino de César De María o Salir de Daniel Amaru Silva, Page lleva a Cock al extremo, en el sentido de prescindir de todo tipo de escenografía en el acogedor Teatro de Lucía, para sacarle lustre al incisivo texto de Bartlett y a las sentidas actuaciones del elenco. Y es que sabemos, por ejemplo, cuándo y dónde estamos en la historia solo por las palabras pronunciadas por los actores, ni siquiera por los inexistentes gestos. Dividida en cuadros con pequeñas rupturas temporales, la trama se sigue con interés y nos muestra la confusión de John en cuanto a su identidad sexual, arrastrando así al resto de personajes, incluido el padre de su novio (Alfonso Santistevan), especialmente en el último cuadro en el que el joven debe tomar una decisión.

Como ya se mencionó, los encuentros sexuales de los protagonistas son hábilmente sugeridos, pero manteniendo la misma fuerza en escena. Page aprovecha muy bien el talento de su elenco: a destacar la actuación de Luque, muy creíble en su confusión por no poder amar con libertad, muy bien secundado por un inspirado Beltrán, divertido y conmovedor cuando la situación lo amerita. Mención aparte para la interpretación de Jordán, convincente y avasalladora en todas sus intervenciones. En estas épocas de dudas y crisis de esta índole, sumadas a sus posibles “repercusiones” en la sociedad, esta puesta en escena llega en un momento clave. Ganadora del Laurence Olivier Award como obra revelación del año 2010, Cock es un pertinente e interesante estudio de la sexualidad en nuestros días, en donde el verdadero amor no tiene ni rostro ni sexo.

Sergio Velarde
6 de abril de 2016

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