Ninguna persona debería tener miedo
Inicia la función en el Centro Cultural de España y aparecen cinco
personas en escena. Ellos no son actores, son personas de carne y hueso como
nosotros y responden a los nombres de Mary Ann Eyzaguirre, Enrique Leguía,
Yefri Peña, Marco Pérez y Malú Machuca. Ellos forman parte de la comunidad TLGB,
que integran lesbianas, gays, trans y bisexuales, y se disponen a contarnos sus
experiencias viviendo en una de las ciudades más pacatas e hipócritas, como es
la nuestra. Desde Afuera es una creación escénica, que se inscribe dentro del
llamado teatro testimonial, valiéndose de fotografías, videos, proyecciones
multimedia, cartas, canciones, coreografías, pensamientos y especialmente, los
mismos cuerpos de los participantes, que nos revelan sus dificultades (algunas
muy serias) para sobrevivir en nuestra tan ingrata sociedad.
Ubicada en el espectro teatral limeño, en las antípodas de, por
ejemplo, La Jaula de las Locas, una espectacular ficción que busca sensibilizar
al espectador sobre la necesidad de un trato justo para aquellos a los que la
sociedad condena por ser diferentes, Desde Afuera logra el mismo efecto, pero
más contundente, pues la ficción es inexistente. Los directores Gabriel De la
Cruz y Sebastián Rubio sí se valen de los recursos teatrales de siempre, para
darle cohesión y ritmo a su creación, ordenando los testimonios de estas cinco
personas que armadas de mucho valor y sentimiento, se animaron a contarnos en
escena sus vidas. Un apreciable espectáculo, que llega a escena gracias al
colectivo No Tengo Miedo, que tiene como único propósito el de crear conciencia
sobre los derechos de esta comunidad.
Conmovedora, agresiva, frustrante y divertidísima por partes iguales,
Desde Afuera aparece en un momento histórico preciso, en el que la sociedad se
ve enfrentada a una gran encrucijada: mantenerse circunscrita dentro de
aquellos supuestos valores morales y tradicionales que rigen las buenas
conductas, o acomodarse ante una palpable realidad que ha permanecido demasiado
tiempo escondida dentro del clóset. Como la chica que combatió contra su gusto
por las mujeres, sin éxito; como el señor que habiendo sido esposo y padre, se
siente atraído por otros hombres; como la muchacha bisexual, que ahora es especialista
en temas de género; como el chico que antes fue chica; o como la sensual mujer
que antes fue un chico. Termina la función y comprendemos que Desde Afuera nos
ayudó a ver, comprender y sentir, desde dentro, a aquellas personas que siendo seres
humanos como nosotros los espectadores, deberían gozar de nuestros mismos
derechos y ya no deberían tener miedo. De visión obligatoria.
Sergio Velarde
14 de julio de 2014
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