Paul Vega lo interpretó en 1995 y Bruno Odar, en el 2001: el regreso del
Hamlet de Shakespeare a los escenarios limeños, siempre será bienvenido. En
esta oportunidad, viene a cargo de Aranwa Teatro y ha traído varios aspectos por
los cuales celebrar:
La apertura de un nuevo espacio, el flamante Teatro Ricardo Blume,
ubicado en Jesús María frente a la Cámara de Comercio, sea acaso nuestra mayor
alegría, especialmente en estos tiempos en los que los teatros son cerrados sin
miramientos para inaugurar oficinas burocráticas. Acogedor, bien equipado, muy cómodo
y con una interesante sala circular, que es por supuesto, bien aprovechada para
el montaje en cuestión. La buena acústica permite también escuchar la música del
compositor polaco Zbigniew Preisner, y la voz del mismo Ricardo Blume como el
Espectro.
La adaptación del texto y la sobria dirección de Jorge Chiarella resultan
impecables, logrando un montaje entretenido y fluido, lleno de impactantes secuencias
e imágenes, como las exequias de Ofelia o el enfrentamiento final entre Laertes
y Hamlet. La ágil presencia de los cómicos saltimbanquis le permite al director
delimitar con claridad los diferentes espacios, utilizando estrados y cubos de
manera muy funcional, sin perder nunca el ritmo necesario que una obra de
dilatada duración exige.
El elenco está conformado por consumados actores, que comparten escena
con intérpretes salidos de las canteras de Aranwa. A destacar el gran trabajo
de Víctor Prada como Polonio, muy preciso, aprovechando al máximo sus líneas; así
como el de Oscar Douglas, como el cómico narrador de la tragedia. Entre los
jóvenes, Janncarlo Torrese compone a un sólido Hamlet, que va logrando momentos
de gran emoción conforme avanza la puesta en escena. Destacable también Armando
Machuca en su doble papel como Rosencrantz y el sepulturero.
Finalmente, el Hamlet de Aranwa es la quintaesencia de la celebración del
teatro mismo: ya en el epílogo, la máscara del príncipe muerto es recibida por
el cómico, para que la historia de poder y corrupción continúe y no se pierda
en el tiempo. Chiarella sabe la importancia que tienen los actores y las artes
escénicas, para retratar la podredumbre que rodea al ser humano, frente a
nuestras narices. Aranwa Teatro nos propone con su emotivo y trágico Hamlet una
auténtica fiesta teatral. ¡Felicitaciones por la reposición de este vigente clásico
de la literatura universal y por supuesto, por su nuevo teatro!
Sergio Velarde
03 de agosto de 2013
Interesante es el hecho que el teatro circular permite, entre muchas otras cosas, pro ejemplo, un acercamiento mucho mas grande entre el espectador y los actores. Hamlet, que es una obra centrada en el personaje principal (que tiene mas o menos el 50% (creo) del total del texto), nos interpela o cuenta directamente.
ResponderEliminarUn acotacion. Seria bueno que incluyeras una ficha corta de obra al final de tus comentarios