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jueves, 23 de mayo de 2013

Crítica: CARNE DE MUJERES

Universo femenino del riesgo

Teatro del Riesgo es un colectivo que inició sus actividades en el 2011 con el estreno de la obra Tú no entiendes nada de Juan José Oviedo, dirigida por Paco Caparó, en la que la acción física desarrollada en el escenario tuvo una importancia abrumadoramente superior a la de su sencillo texto. En su nuevo montaje laboratorio, estrenado en el Teatro Mocha Graña y titulado Carne de mujeres, Caparó conduce su propio texto hacia derroteros mucho más tradicionales, y a la vez, comprensibles para un público más amplio. Sin dejar por completo de lado la corporalidad de los actores, las escenas que conforman esta nueva vuelta de tuerca a la ya trillada guerra de los sexos, resultan mucho más entendibles y divertidas comparándolas con, por ejemplo, la obra Mujeres, curiosamente también dirigida por Caparó y en la que también participaban las actrices Cintia Díaz del Olmo e Ivonne Trujillo.

El universo femenino es un tema amplísimo y la dramaturgia toca algunos puntos que no dejan de ser algo superficiales, como la presión de estar delgada o el machismo imperante en la sociedad, pero están resueltos con mucho ingenio y total entrega por parte del elenco, en el que habría que destacar a Katherina Sánchez (a quien vimos en Máquina Hamlet), a Daniela Rodríguez y a Jonathan Oliveros (ambos de Tú no entiendes nada); este último, el único varón en el reparto, pero que sabiamente intercala los personajes masculinos y femeninos dentro de los cuadros, enfatizando el ridículo (y hasta vergonzoso) comportamiento cavernario de algunos “varones” contra el mal llamado sexo débil.

Luego del lúdico entretenimiento, plagado de hilarantes canciones con voz en vivo acompañadas de sutiles coreografías, en el que nos envuelven las cuatro actrices y el actor; llega el momento serio: así como en Mujeres, Caparó vuelve a rematar su espectáculo, desnudando a los personajes y mostrando la dura realidad que viven los intérpretes. Puede que algunos consideren este final como algo manipulador, pero es verdad que una buena obra de teatro debe divertir, pero también conmover. Es por ello que podemos afirmar, sin mucho aspaviento y con la mayor discreción, que Carne de mujeres no utiliza el facilista recurso de presentar a las féminas como infelices victimas, sino que las presenta como seres humanos complejos y ambivalentes, con tantos defectos como virtudes, y con una indescifrable riqueza interior. Y es que para Teatro del Riesgo, nadie imagina lo que una mujer lleva por dentro.

Sergio Velarde
25 de mayo de 2013

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