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lunes, 8 de octubre de 2012

Crítica: BUENAS NOCHES, MAMÁ

Las inexorables decisiones de una suicida

Arrancó el XI Festival de Teatro Peruano Norteamericano ICPNA 2012 con muy buen pie, con el estreno de Buenas noches, mamá, de la dramaturga norteamericana Marsha Norman y dirigida por Pablo Luna. Se trata de una pieza galardonada en 1983 con el Premio Pulitzer a la mejor obra de teatro, nada menos, y que aborda la conflictiva relación entre una madre y su hija. Estrenada en Broadway un año después, contó con las actuaciones de Kathy Bates y Anne Pitoniak; tanto la producción en general como ambas actrices recibieron sendas nominaciones en los premios Tony. En el 2005 la obra fue reestrenada, esta vez con las no menos notables Edie Falco y Brenda Blethyn. También pudimos ver su adaptación cinematográfica en 1986, escrita por la misma autora, con otro par de extraordinarias actrices: Sissy Spacek y Anne Bancroft. La versión nacional sale airosa gracias a una correcta dirección de actores, que saca provecho de las inspiradas actrices Ana Rosa Liendo y Lilly Urbina.

Lo que parece ser una apacible tarde para Thelma, madre de Jessie, se convierte en una verdadera pesadilla cuando esta última le anuncia que piensa terminar con su vida. La fatal decisión que ha tomado Jessie, saca a relucir los secretos y las tragedias en la vida de ambas, no carentes de ironía y humor. El director, por su parte, recarga el escenario del ICPNA con demasiados elementos de color blanco y marca la ubicación de los muebles con cinta del mismo color; el efecto es logrado con creces, ya que se muestra a una Jessie completamente cuadriculada en un espacio aséptico, organizándolo todo ante la atónita mirada de su madre. El reloj en el escenario marca el paso inexorable del tiempo que le resta a Jessie y el apremio de la madre por detenerla, lo que genera el angustiante suspenso que termina en un desgarrador clímax.

Muy buenas actuaciones de las intérpretes: Liendo convence como la impávida suicida, con una inquietante seguridad de lo que quiere hacer; por su parte, Urbina logra construir otra madre en aprietos, muy diferente a la de Un verso pasajero, sorteando toda una serie de emociones con gran soltura y oficio. La fluidez del montaje se mantiene todo el tiempo y los picos dramáticos se ejecutan sin desbordes. ¿Por qué Jessie le revela a su madre de sus intenciones, sabiendo las consecuencias que acarrearía? ¿No pudo hacerlo simplemente y dejar una nota? Acaso se trate de una verdadera historia de venganza, en la que la hija desea castigar a su progenitora de la peor manera. Buenas noches, mamá es un excelente montaje que aprovecha al máximo el drama familiar que ofrece este premiado texto; y también es un serio candidato a convertirse en el ganador del Festival del ICPNA del presente año.

Sergio Velarde
08 de octubre de 2012

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