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sábado, 1 de noviembre de 2008
Crítica: ESQUINA PELIGROSA
El tiempo es un problema
Al prolífico escritor y dramaturgo inglés J. B. Priestley (1894 – 1984) le gustaba jugar con el tiempo. Escribió una trilogía de obras dramáticas, en la que la relación teatro-tiempo se convertía en la mayor atracción: “Three time plays” o “Tres piezas sobre el tiempo”, que constituyen “Esquina peligrosa” de 1932, y “El tiempo y los Conway” y “Yo estuve aquí una vez” de 1937. Sin lugar a dudas, “El tiempo y los Conway” es la más lograda en su construcción dramática: la historia de una familia común y corriente en tres actos. El primero y el tercero transcurren durante la misma noche y el segundo, veinte años después. Esta brillante dislocación temporal, que nos permite ver a los amables y empeñosos personajes del inicio, transformados en seres marginados y sin ilusiones en el segundo acto, logran el efecto deseado: darnos cuenta que el paso del tiempo es cruel e inexorable. Ver en el tercer acto a los mismos personajes hablar de su futuro con determinación, sólo nos puede conmover y admirarnos de un autor con gran creatividad e inteligencia.
Sin embargo, en “Esquina peligrosa” el tiempo no es el tema central, pero sí juega un papel importante en la acción. La historia comienza con un apagón, un disparo y un grito. Luego nos enteramos que se trata de una familia que terminó de escuchar una radionovela titulada “El perro dormido”, es decir, una clara metáfora de la “verdad escondida” a punto de salir a la luz. De ahí en adelante algunos temas, como el suicidio de un pariente y la aparición de una cajita musical, despiertan oscuros secretos que conllevan a terribles y trágicas revelaciones que harán caer las caretas a todos sus miembros. Y cuando la obra llega al clímax final, con apagón, disparo y grito, Priestley saca su as bajo la manga (un salto en el tiempo, qué otra cosa puede ser) y nos encontramos nuevamente al inicio de la reunión.
Pero si el tiempo juega en favor de la dramaturgia de Priestley, juega en contra de la puesta en escena de “Esquina peligrosa” por el grupo Sinsala bajo la dirección de Osvaldo Bravo. El montaje luce apurado y aún sin cuajar, con un grupo de actores muy empeñosos, pero que todavía no logran darle seguridad y verdad a sus acciones. Si bien es cierto cada uno de ellos consigue algunos momentos logrados, el conjunto carece de unidad y ritmo, que ameritaba una obra de semejante calibre, sostenida únicamente por los diálogos de los personajes. Sólo el tiempo (en este caso la nueva temporada en el Teatro La Cabaña) le dará a esta obra de Priestley, el vuelo necesario para su completo disfrute.
Sergio Velarde
01 de noviembre de 2008
Maestro!!
ResponderEliminarQue gusto encontrarte en la web. Sin duda alguna este es un medio imprescindible para la difusión del arte.
Disculpa que no haya podido estar en la proyección de la película que me comentaste, en la que me contaste que ibas a ser el galán de la movie. Bueno, espero vernos y conversar. Sabes que también me he dado un tiempo para hacer mi Blog, espero puedas entrar. Y a ver si presentas otra obra, o nos ponemos de acuerdo para montar una... un abrazo hermano!
tu pata,
Arturo Valverde