domingo, 29 de mayo de 2022

Crítica: TODA VERGÜENZA TODA


Nuevas masculinidades e identidades

La masculinidad hegemónica tiene a estas alturas los días contados. O al menos, todos los esfuerzos realizados en distintos frentes deberían dar resultados tarde o temprano. Ideas trasnochadas de aquel “hombre” protector, proveedor y poderoso deben ser descartadas no solo para conseguir la tan ansiada igualdad de género, sino también para frenar la ola de violencia que se mantiene todavía muy vigente por seguir aquellos patrones de la masculinidad tradicional. Precisamente, la creación escénica performática Toda vergüenza toda de Josué Castañeda Campos, presentada en el Auditorio ICPNA de Miraflores, explora estas nuevas masculinidades, así como también el concepto de la identidad de género, que termina enriqueciendo el producto final.

El término vergüenza en el título resulta completamente coherente: una sociedad tan conservadora, machista y pacata como la nuestra tiene los ojos puestos constantemente en los hombres, para juzgar y criticar comportamientos que no se ajusten a lo “normal”. El uso de espejos móviles, en ese sentido, resulta acertado y revelador en varias secuencias, en las que los cuerpos masculinos de los actores se enfrentan a sus propias identidades, frustraciones y mentiras. Toda la puesta en escena se vale de varios códigos para desarrollar su propuesta, con proyecciones multimedia grabadas y en vivo, danza, performance y actuación, ocupando todo el espacio disponible del auditorio sin butacas y con distintas plataformas que se adecúan a cada segmento, mientras que el público debe desplazarse según se requiera.

Los intérpretes Jano Baca, Christopher Gaona, Pável Paniagua, Brayan Pinto, Sebastian Ramos y Nia Zambrano se valen de sus corporalidades, presencias, gestos y voces para conducir al espectador por varios cuadros escénicos que reflexionan sobre aquellas verdades y mentiras que enfrentamos en la vida diaria. Y de cómo la vergüenza (injustificada y nociva) puede llevarnos a no desarrollarnos adecuadamente como personas y no vivir libremente y a plenitud. Todas las secuencias lucen muy bien resueltas, gracias al comprometido y virtuoso trabajo del elenco en pleno. Toda vergüenza toda es una valiente propuesta escénica de Castañeda Campos, que se une a la lucha sostenida en contra de la represión, la discriminación, la doble moral y la violencia, que todavía permanecen y predominan en la aceptación actual de las nuevas masculinidades e identidades.

Sergio Velarde

29 de mayo de 2022

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