lunes, 30 de mayo de 2022

Crítica: LA SANGRE ES MUJER


Eso no es amor

Una de las grandes fortalezas del Teatro es que refleja la esencia del ser humano y por ende, la de su propia sociedad, claramente afectada por su pensamiento cultural. Justamente, nuestra cartelera teatral viene ofreciendo espectáculos que exploran, cada uno a su manera, esta serie de problemáticas que nos impiden avanzar socialmente: la discriminación hacia nuevas masculinidades e identidades, como en Toda vergüenza toda; las tragedia a causa de la migración, en SURTE. El sonido de los sueños; la trata de personas, en Inopia de un Dios salvaje, o la explotación laboral, en El fuego que hemos construido. A este grupo de interesantes propuestas se le une La sangre es mujer, con la dirección y autoría de Esteban Philipps, texto que recibiera una mención honrosa en la tercera edición del Concurso Nacional Nueva Dramaturgia Peruana 2016, organizada por el Ministerio de Cultura.

Con un pequeño pero significativo cambio en el título original (Sangre de mujer), Philipps nos muestra de manera descarnada, pero visualmente estilizada, las terribles historias de cuatro mujeres severamente afectadas por la violencia de género: la víctima de secuestro (Mayra Nájar); su abogada (Jackie Vásquez), atormentada por un oscuro pasado; la drogada y ultrajada en una fiesta (María del Carmen Sirvas), novia de la legista; y la recién casada (Brigitte Jouannet), reducida a su rol procreador por parte de su marido. Las actrices no solo se limitan a interpretar con convicción sus roles de víctimas, sino que el texto y la dirección les otorgan profundidad a sus personajes, varios matices en sus relaciones con sus agresores y acaso el detalle más interesante, se convierten en víctimas de ellas mismas.

La puesta en escena se regodea en el uso del color rojo, que significa fuego, calor, pasión, peligro y violencia (todos presentes en el montaje), concentrado en las luces, en el vestuario y en aquellas telas que cumplen múltiples usos, como el de representar las cadenas que mantienen reprimidas y castigadas a estas mujeres. La puesta nos regala un puñado de escenas poderosas e inquietantes. Mención especial para el trabajo de Juan Carlos Pastor, quien asume los papeles masculinos con mucha versatilidad, sobriamente acompañado por la omnipresente figura de Sebastian Ramos. Desde su tribuna en el Nuevo Teatro Julieta de Miraflores, Philipps genera con La sangre es mujer una oportuna llamada de atención hacia los excesos del abuso de poder, el machismo imperante y las enormes desigualdades de género, que todavía no permiten que se concrete el equilibrio social y cultural  que nuestra sociedad exige a gritos.

Sergio Velarde

30 de mayo de 2022

domingo, 29 de mayo de 2022

Crítica: TODA VERGÜENZA TODA


Nuevas masculinidades e identidades

La masculinidad hegemónica tiene a estas alturas los días contados. O al menos, todos los esfuerzos realizados en distintos frentes deberían dar resultados tarde o temprano. Ideas trasnochadas de aquel “hombre” protector, proveedor y poderoso deben ser descartadas no solo para conseguir la tan ansiada igualdad de género, sino también para frenar la ola de violencia que se mantiene todavía muy vigente por seguir aquellos patrones de la masculinidad tradicional. Precisamente, la creación escénica performática Toda vergüenza toda de Josué Castañeda Campos, presentada en el Auditorio ICPNA de Miraflores, explora estas nuevas masculinidades, así como también el concepto de la identidad de género, que termina enriqueciendo el producto final.

El término vergüenza en el título resulta completamente coherente: una sociedad tan conservadora, machista y pacata como la nuestra tiene los ojos puestos constantemente en los hombres, para juzgar y criticar comportamientos que no se ajusten a lo “normal”. El uso de espejos móviles, en ese sentido, resulta acertado y revelador en varias secuencias, en las que los cuerpos masculinos de los actores se enfrentan a sus propias identidades, frustraciones y mentiras. Toda la puesta en escena se vale de varios códigos para desarrollar su propuesta, con proyecciones multimedia grabadas y en vivo, danza, performance y actuación, ocupando todo el espacio disponible del auditorio sin butacas y con distintas plataformas que se adecúan a cada segmento, mientras que el público debe desplazarse según se requiera.

Los intérpretes Jano Baca, Christopher Gaona, Pável Paniagua, Brayan Pinto, Sebastian Ramos y Nia Zambrano se valen de sus corporalidades, presencias, gestos y voces para conducir al espectador por varios cuadros escénicos que reflexionan sobre aquellas verdades y mentiras que enfrentamos en la vida diaria. Y de cómo la vergüenza (injustificada y nociva) puede llevarnos a no desarrollarnos adecuadamente como personas y no vivir libremente y a plenitud. Todas las secuencias lucen muy bien resueltas, gracias al comprometido y virtuoso trabajo del elenco en pleno. Toda vergüenza toda es una valiente propuesta escénica de Castañeda Campos, que se une a la lucha sostenida en contra de la represión, la discriminación, la doble moral y la violencia, que todavía permanecen y predominan en la aceptación actual de las nuevas masculinidades e identidades.

Sergio Velarde

29 de mayo de 2022

Crítica: SURTE. EL SONIDO DE LOS SUEÑOS


Dejar la patria atrás

Como dijera Günter Grass, todas las grandes culturas surgieron como producto del mestizaje, es decir, de la migración de seres humanos hacia distintas regiones. Sin embargo, todo este fenómeno viene afectando a millones de personas a nivel mundial, quienes se ven forzadas a abandonar sus tierras y muchas veces a sus seres queridos, ya sea para conseguir nuevas oportunidades laborales y económicas, o para escapar de peligrosos conflictos. Si bien es cierto que las distancias se han venido acortando gracias al avance de las comunicaciones, también lo es que en este momento la cantidad de personas que vive en un país distinto de su país natal ha superado todo límite, de acuerdo al informe de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) del 2020, con más de 270 millones de migrantes en el mundo. Nuestro país no es ajeno a esta situación. En ese sentido, SURTE. El sonido de los sueños, con dramaturgia conjunta de Carlos Gonzáles y Percy Encinas, explora de manera sobresaliente esta problemática, en un montaje atípico y arriesgado.

Presentada en desorden cronológico, pero con un conveniente apoyo visual que nos permite seguir la trama sin dificultad, esta se va tejiendo en varias líneas narrativas, siendo la principal la de la abuela Abi (una excelente Lilian Nieto), su nieto Facundo (Alejandro Tagle) y el viaje que este último anhela realizar al país del norte, en donde ambos asumen (ingenuamente) que él podrá desarrollarse como músico y alcanzar el estrellato. Los demás personajes, interpretados sin tacha por Javier Valdés, Cecilia Monserrate, Lía Camilo y Laly Guimarey, aportan con sus respectivas historias a delinear los dramáticos trances a los que se enfrentan los millones de migrantes a nivel mundial, en sus muchas veces infructuosa búsqueda de libertad, estabilidad y paz.

Mencionábamos líneas arriba que el montaje presentado en la Alianza Francesa de Miraflores, a cargo de la directora colombiana Luz Marina Rojas Merchan, se sale de lo convencional y además, toma riesgos en su puesta en escena, con proyecciones multimedia, música, canto en vivo y coreografías, mientras que los actores permanecen siempre presentes en el escenario. El resultado es dinámico y entretenido, intercalando escenas cargadas de dramatismo con otras ejecutadas con picardía y humor, de manera fluida. La Dirección de Producción Artística y Actividades Académicas de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático ENSAD y la Asociación Iberoamericana de Artes y Letras AIBAL consiguen con SURTE. El sonido de los sueños un sólido espectáculo que aborda una compleja y sentida problemática, que lejos de encontrársele una pronta solución a nivel mundial, esta propuesta de Gonzáles, Encinas y Rojas Merchan nos proporciona, por lo menos, un aliento de esperanza.

Sergio Velarde

29 de mayo de 2022

miércoles, 25 de mayo de 2022

Crítica: EL MURO


¿Qué hay del otro lado?

TraSpunte Laboratorio teatral ha estrenado el pasado fin de semana su primera obra presencial: El Muro, escrita por Jhonatan Córdova y dirigida por Diego La Hoz, cuya temporada se presenta en el Centro Cultural Ricardo Palma.

La narrativa de Córdova nos revela un medio hostil, aparentemente olvidado y dividido por un muro. Allí vive Mathías, un tímido jovencito que busca cruzar ese muro, buscando una vida mejor; sin embargo, lograrlo parece imposible, debido a las circunstancias adversas y a la violencia que parece una bomba de tiempo próxima a estallar. Por su parte, La Hoz propone un escenario funcional, acorde a un entorno distópico, caótico y sombrío, acompañado por la iluminación y musicalización, los cuales redondean la pieza a nivel visual y sonoro.

En el reparto, Claret Quea, Malory Vargas, Vanessa Demichelli, Eliana Fry y Andinnia López-Cano lucen correctos y afiatados en sus respectivos roles. Cabe resaltar las potentes escenas logradas por Quea y Vargas, quienes conforman una buena dupla en escena.

El Muro es una pieza teatral muy actual, que una vez más nos confronta como individuos y como sociedad, ya que diariamente nos desenvolvemos en un medio difícil, injusto e intransigente, donde la supervivencia es un lujo para la mayoría, pero al mismo tiempo surgen muchos cuestionamientos acerca del futuro que nos espera. ¿Será que nuestra tambaleante realidad pueda reemplazarse por algo mejor? ¿O estamos caminando hacia un abismo?

Por último, mencionar el auspicioso debut presencial de TraSpunte Laboratorio teatral, quienes desde la cuarentena empezaron a gestar sus primeros trabajos desde la virtualidad. Enhorabuena por este encuentro en el teatro, que nos sigue retando como espectadores y creadores escénicos.

Maria Cristina Mory Cárdenas

25 de mayo de 2022

martes, 24 de mayo de 2022

Crítica: EL CANDIDATO


La arrogancia del poder

Uno de mis actores favoritos, el venezolano Edgar Ramírez, en una entrevista el año 2016, reflexionaba sobre lo contradictorio del poder, precisamente años después de haber interpretado en el cine a personajes reales y políticos controversiales como Carlos, el Chacal (2010) o Simón Bolívar (2013). De toda la entrevista con el periodista Camilo Egaña de CNN en Español*, me quedo con la reflexión siguiente: “El poder es de por sí contradictorio, pues para hacer cosas buenas incluso, debes luchar contra todas las fuerzas contrarias y a veces negativas que te quieren fuera de ese lugar; precisamente para mantenerte en el poder, llegas a hacer cosas más cercanas a tus rivales, pero no por maldad, sino por sobrevivencia”. Yo, personalmente, pienso que el poder es un tema muy apasionante y los creadores de El candidato conscientemente cumplieron esa expectativa.

Es resaltante la organización del evento del Club de Teatro. El montaje empezó a la hora y a pesar de estar muy lleno, todos ingresamos de manera organizada y con los protocolos de bioseguridad claros. El diseño escenográfico fue preciso e interesante. Pienso que, como decía Jerzy Grotowski, “en el teatro se puede prescindir de todo, menos del actor”. El mobiliario era sucinto: mesas, sillas, un televisor y los mismos actores los movían entre escena y escena, lo cual le daba una dosis de realismo brechtiano a lo que estábamos viendo. Un realismo muy acorde con la temática tan compleja que se presentaba. Adicionalmente, se empleó herramientas audiovisuales, principalmente un fondo de pantalla en la pared donde se presentaban algunas memorias del personaje principal. Sin embargo, no se abusó de lo visual, pues a veces creer que poder tener animaciones complejas por sí mismo se puede lograr un gran montaje, es un error. También puedo mencionar que el sonido fue muy bueno, pero creo que eso es debido al mismo diseño del escenario, que impide la diseminación de este, incluso si uno se sienta en las últimas butacas, como fue mi caso.

Actoralmente quien más destacó del elenco fue definitivamente y de muy lejos, Jhersy Rojas, quien interpretó muy bien al protagonista Franco Muñiz. La transición desde un personaje ingenuo, jovial y con ganas de servir a un ser pragmático y con moral frágil a la transgresión de la ley fue muy bien logrado y con mucha inteligencia. Esa transformación fue creíble y me hizo recordar al personaje interpretado por el actor mexicano Damián Alcázar (Juan Vargas en la película La Ley de Herodes, 1999). El alcalde Vargas va a un pueblo con muchas esperanzas de construir cosas geniales, pero termina en el extremo de volverse un personaje vil y corruptor. En el caso de El candidato, el personaje no llega a volverse cruel, pero su pragmatismo moral lo lleva a su propia destrucción y muerte. La escena más impactante fue la reflexión moral sobre la posibilidad de exilio con su primo. El resto del elenco actuó muy bien y es muy evidente que sus trabajos actorales son el resultado merecido de sus tres años de formación.

Al principio, pensé que el tema de la corrupción sería abordado de una manera superflua, como otros montajes que he logrado ver antes de la pandemia, pero creo que Paco Caparó (el dramaturgo) hizo bien en emplear las experiencias propias del personaje, pues muy fácilmente pueden ser entendidas por el público y generar empatía. Finalmente, me gustó mucho que no se apeló al humor chabacano y grotesco al abordar un tema tan delicado como la corrupción. Esto demuestra que existe un grado de entendimiento sobre la importancia de la temática. ¿Será que las compañías teatrales que ven temas como la corrupción o la violencia presentan obras grotescas, precisamente debido a que no consideran que es un problema grave o no la padecen? Prefiero no mencionar nombres de dramaturgos. No banalizar estos temas es un indicador ético muy fuerte. El candidato fue un montaje muy bien hecho y merecidamente tiene las entradas agotadas para sus funciones.

* Entrevista de Edgar Ramírez en el programa Camilo. 18 de agosto del 2016. Cadena CNN en Español.

Enrique Pacheco

24 de mayo de 2022

Crítica: TAXI, WHISKY Y ESTRÉS


Tres en uno

Para hacer buen humor hay que tener tino, carácter y no servirte de facilismos. De ese tipo de humor cada vez hay poco, pero Taxi, whisky y estrés sabe disponer bien del género. Sobre todo, sus actores y directores, Nicolás Fantinato y Fernando Pasco entienden la noción de divertir al público con humor inteligente y creativo. Junto a Carla Izaguirre terminan de formar el elenco de estas tres microobras presentadas en el Teatro Auditorio de Miraflores.

Taxi teatro (escrito por Luis López Rentería y dirigido por Fernando Pasco)

Fantinato e Izaguirre protagonizan un viaje bastante curioso y poco común en un taxi, donde el chofer, de nacionalidad extranjera, demuestra sus dotes como interprete frente a una mujer que llega tarde a su boda. En un principio la situación parece sencilla, llena de comedia ligera, hasta que rompe con un mensaje politizado directo al espectador, dándonos pequeños esbozos de una crítica hacia el sistema social jerarquizado y clasista en el que vivimos. Este lado disonante en la trama tiene una natural transición, gracias a la versatilidad de Fantinato, quien fácilmente pasa del código cómico a la seriedad solemne y triste de su personaje. 

Amor inconcluso (escrito y dirigido por Nicolás Fantinato)

A diferencia del resto de historias, esta obra es un drama que lleva a Izaguirre y Pasco a explorar momentos muy oscuros dentro de una relación quebrada entre una joven actriz frustrada por no conseguir todavía su salto a la fama y su profesor de teatro, ya hecho un actor posicionado en el medio. Ambos actores demuestran mantener una buena capacidad interpretativa al lograr mucha verdad en sus interacciones. Defienden su posición, casi obligando al espectador a decidir por cuál parte unirse. Podría decirse que resulta la escena mejor actuada por su nivel de realismo.

PA100T (escrito por Nicolás Fantinato y dirigida por Fernando Pasco)

Aquí, el entretenimiento prima con mayor relevancia; en especial, porque la dupla Fantinato-Pasco funciona en varios aspectos. Llevan la narrativa del alcohólico feliz de la vida y el buen samaritano que desea sacarlo del vicio a extremos a veces, interesantes y otros tantos, poco acertados. Se dan la libertad de improvisar, olvidarse el texto, pero sin mesura pueden caer en ensimismarse en un chiste que entienden unos cuantos; sin embargo, divierten, y eso al parecer es su único objetivo. 

Christopher Cruzado

24 de mayo de 2022

sábado, 21 de mayo de 2022

Crítica: ESPOSAS


El peligroso círculo de la violencia  

Esposas es la nueva puesta en escena del director Jeffry Rasmussen, esta vez de manera presencial en el Club de Teatro de Lima. Una historia en versión libre, basada en la novela de terror de Stephen King, El juego de Gerald (Gerald’s game), que nos revela el trasfondo de violencia que se esconde detrás de una mala convivencia de pareja.

Ya en la época de los estrenos virtuales, Rasmussen presentaba El Baúl de los Malos Sueños, en cuya primera entrega Encerrados conocimos la historia de John y Natalia, una pareja que al ver su relación tambalear, recurre a diversas estrategias para salvarla, las mismas que desencadenaban eventos siniestros que llevaban al espectador a conocer los miedos y secretos de estos personajes, cuyo eje principal era el tema de la violencia. Pues bien, en esta versión renovada los protagonistas son los mismos; sin embargo, algunas variaciones en la presentación de la narrativa permiten resaltar con mayor profundidad aquello que entre líneas se denota de esta crisis de pareja, que se sirve de los recursos que el género del suspenso y el terror, para aportan a una historia que nos muestra la terrible realidad e incidencia de la violencia con la que convivimos diariamente.

El elenco lo conforman Kali Granados y Raúl Castagneto, quienes hacen una buena dupla en escena, así como un trabajo sostenido en los otros roles que se desprenden de la historia. Detalle acertado el utilizar los elementos como la iluminación, la música y las voces en off en favor de crear la atmósfera precisa, la cual bien podría equipararse a una suerte de pesadilla en la que se encuentran los personajes. Además, cabe resaltar que las escenas más fuertes fueron bien cuidadas.  

Esposas es una sólida e impactante propuesta escénica, dirigida a un público adulto, que nos lleva a seguir cuestionándonos acerca de la violencia. Sin duda, en los tiempos que corren, el incremento silencioso de las cifras de víctimas de algún tipo de abuso, coadyuvado por una pandemia mundial, es sinónimo de un grave problema social del cual lamentablemente no podemos deshacernos. La importancia de tocar estos temas, muchas veces incómodos, desde el teatro es un llamado de atención necesario.

Maria Cristina Mory Cárdenas

21 de mayo de 2022

miércoles, 18 de mayo de 2022

Crítica: JUAN ESTÁ MUERTO


Humanidad: acciones justas / injustas

Cuando mencionamos la palabra “teatro”, la primera imagen que llega a nuestra mente es una infraestructura con un escenario, varios intérpretes sobre ella y muchas butacas ocupadas por los espectadores. Tal vez la primera impresión nos remite a pensar que toda obra dramática se realiza en un teatro. Pero esa ley no se cumple siempre. En realidad, se puede hacer teatro sin un teatro, esa gran infraestructura. Pues para hacer teatro solo basta un homo sapiens -que sabe que va a hacer teatro- con todos sus conflictos y una historia. Así, ese lugar amplio se convierte en un espacio que puede ser adaptado o reemplazado. Juan está muerto, dirigida por Omar Velásquez, pertenece a ese cúmulo de obras que alguna vez se montaron en casas, parques, plazas, etc., que fueron adecuados para presentaciones teatrales. En este caso, Velásquez representó su obra junto a otros intérpretes, como Miriam Guevara, Daniel Suarez, Luis Cárdenas-Natteri y David Huamán. Además, el proyecto fue presentado por la agrupación teatral Butaca Arte & Comunicación en la Asociación Cultural Campo Abierto.

Para representar esta historia, Velásquez se basó en su texto Juan está muerto. La dramaturgia textual de la obra se puede descomponer en dos partes. Por un lado, el director cuenta lo que sucedió después de la muerte de Juan; aquí se puede apreciar la situación dramática, las relaciones de los personajes y los conflictos internos de los personajes secundarios. Por otro lado, Velásquez inserta los hechos más importantes que ocurrieron antes del asesinato de Juan; en otras palabras, se centra en los acontecimientos que giran en torno al héroe y sus motivaciones, información ya sabida en la primera parte. En ese sentido, la dramaturgia de la obra, a pesar de la complejidad de los temas de fondo, no generaba sorpresa en el espectador, pues el final de la historia ya había sido contado en la primera parte.

La obra inició con un cuadro inmejorable: los colores, las posiciones de los objetos y sobre todo la imagen corporal de la intérprete que generó un ambiente fúnebre. Esto contextualizó al espectador y lo ubicó en la situación dramática. Además, los cambios de escena fueron ordenados; es decir, no generaron disturbios en la obra y era visible que la situación era distinta, a pesar de estar en el mismo espacio. Por otro lado, Velásquez combinó estilos, pues desde la dramaturgia poseía un carácter clásico y, cuando los intérpretes decían sus parlamentos, los hacían desde el realismo. Sin embargo, en algunos momentos la música de fondo se proyectaba tanto, que lo convertía en una situación “sobredramática”. En ese sentido, por el uso desnivelado del último recurso, a veces explicaban al espectador lo que sucedía en escena.

¿Nuestro fin justifican los medios? ¿Nos definen nuestras acciones o nuestro objetivo? ¿Sería injusto si prefiero mis objetivos individuales? ¿Sería egoísta y deleznable si antepongo mi satisfacción individual antes que la grupal? ¿El ser humano se vuelve egoísta porque tiene poder o esa es su naturaleza? ¿Qué es la justicia? ¿Qué significa ser justos? ¿El amor es justo? Esas preguntas devienen luego de ver la obra, pues a pesar de la forma de la dramaturgia, el fondo es filosófico porque trata sobre temas universales del ser humano. En ese sentido, Juan está muerto es una obra que busca la reflexión del espectador, aparte de solo entretenerlo. 

En resumen, el call to action de la obra es claro. El espectáculo genera preguntas de temas universales, en tanto que trata del hombre y sus actos. Además, la composición entre la escenografía y el juego de los actores fue inmejorable.

Elio Rodríguez

18 de mayo de 2022   

martes, 17 de mayo de 2022

Crítica: FITEC 2022 - FICCIONES TEATRALES EN CONSTRUCCIÓN


Valiosas exploraciones virtuales

Anotábamos en reseñas pasadas la escasa presencia de proyectos virtuales en nuestra cartelera teatral actual; por supuesto, siempre y cuando consideremos a estos espectáculos como Teatro (una afirmación ciertamente discutible). En todo caso, el cierre de espacios presenciales motivó que los artistas escénicos se lanzaran a las plataformas virtuales para continuar con sus actividades, en una constante búsqueda y exploración de ensayo y error. Justamente, la Dirección de Investigación de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático ENSAD viene presentando la sexta edición de FITEC (Ficciones Teatrales en Construcción), un evento que reúne cinco interesantes propuestas multidisciplinarias virtuales, que se valen de los recursos audiovisuales en línea para recordarnos que todavía existen muchas posibilidades creativas por descubrir.

En plena controversia actual acerca de las validaciones de tesis, Jinn Ronal Pajuelo Sifuentes nos presenta Tesistencia, un singular proyecto en que el mismo autor nos confronta con las dificultades que presenta un estudiante de arte dramático para concretar su proyecto de tesis, en medio de una pandemia que le niega justamente al Teatro su elemento más representativo: la presencialidad. El ácido humor que desprende la propuesta, especialmente en los testimonios de otros tesistas, resulta de lo más acertado para describir una problemática ciertamente preocupante, consiguiendo un cortometraje entretenido y muy bien resuelto. Por otro lado, Nuria Mayor nos presenta en Hilo y anzuelo una versión libre de la obra Medea Redux de Neil Labute, en la que una mujer confiesa un oscuro secreto acerca de su matrimonio con un hombre que es a la vez su profesor de colegio, su abusador y el padre de su hija. Una difícil exploración psicológica que Mayor logra sacar adelante apoyada por su convincente actuación y una interesante selección de imágenes.

En La seducción del colapso, Yamile Saer López presenta una versión libre de Psicosis a las 4.48 de Sarah Kane, una oscura pieza póstuma de la polémica autora británica sobre la psicología del suicida. A través de un acertado montaje de imágenes y sonidos, Saer López consigue una propuesta muy coherente con el oscuro y rebelde mundo interior de Kane. Por otro lado, Sin norte de Alexis Caballero Uriarte es una pertinente propuesta testimonial, en la que el artista reflexiona sobre sus propias experiencias como migrante, al trasladarse de Chiclayo a Lima; sin embargo, decide hábilmente abordar la temática a través de un relato distópico, en el que llega a una sociedad esclavizante y deshumanizada.

Finalmente, Individuo dividual expone sus mayores virtudes en su trepidante edición y artilugios virtuales, inspirado libremente en el monólogo De noche justo antes de los bosques de Bernard-Marie Koltès, a cargo de Cristhian Lizandro Pastor Melgarejo; muy atinada la analogía entre la soledad y la relación con el “otro” del material original con el bombardeo publicitario en redes. FITEC 2022 es un oportuno evento que recupera en pantalla muchas de las virtudes y aportes que puede hacerle la tecnología a la creación escénica, y que esperemos genere nuevo interés en el desarrollo de futuros espectáculos en línea.

Sergio Velarde

17 de mayo de 2022

lunes, 16 de mayo de 2022

Crítica: LA CRISIS DE LOS 3 AÑOS


No existe la pareja perfecta

Podríamos clasificar en dos grandes grupos las obras escritas y dirigidas por Gianfranco Mejía y presentadas por Mever Producciones: las que abordan temas polémicos y controvertidos, como Anorexia (2016) o Eutanasia (2017); y aquellas que abrazan la comedia sin mayores complicaciones, como Fiesta de promoción (2016) o La comedia del año (2017). Para su nuevo estreno, La crisis de los 3 años, que viene presentándose en el Teatro Auditorio Miraflores, Mejía ha conjugado ambas vertientes en partes similares y con una trama sencilla, pero con un par de aciertos muy disfrutables.

El prolífico Mejía plantea una hipótesis ciertamente polémica y puede que válida en muchos casos: los tres años marcan la aparición de una inminente crisis en toda pareja. Asistimos entonces a los peores días en la relación de Mario (el mismo Mejía) y Luciana (Daniella Stornaiuolo), quienes se encuentran a días de celebrar su tercer aniversario, sin hijos, sin suegros y solo en compañía el uno del otro. La rutina, las largas horas de trabajo o el choque de caracteres vienen produciendo muchas fricciones entre ellos, así como también algunos detalles superfluos, como quién debería usar el escritorio primero o si es mejor salir o no a comer. Sin llegar a los niveles de violencia de Después de casados (2017), las discusiones se suceden de manera dosificada y están bien llevadas por la pareja protagónica, ejecutadas con mucha simpatía y dramatismo, especialmente por Stornaiuolo, la verdadera revelación de la obra.

Resulta curioso cómo aparecen el drama y la comedia en la puesta, o mejor dicho, cómo son percibidas por el público, en estos tiempos de empoderamiento femenino y lucha frontal contra el machismo. Secuencias de violencia psicológica (con bofetada incluida), faltas de respeto o treguas movidas por el alcohol provocan diversas (y curiosas, por decir lo menos) reacciones en los espectadores, dependiendo de sus posturas asumidas. Mejía consigue con La crisis de los 3 años una propuesta controvertida pero honesta, bien resuelta en escena y con muchas secuencias para sonreír y reflexionar.

Sergio Velarde

16 de mayo de 2022

viernes, 13 de mayo de 2022

Crítica: DESPEDIDA EN TRES PARTES


Tres hermanos en pugna virtual

Resulta curioso cómo los espectáculos virtuales (me resisto aún a llamarlos teatro) alcanzaron un apogeo descomunal, especialmente en cantidad antes que calidad, desde que cerraran las salas presenciales a inicios de la pandemia hasta mediados del año pasado, cuando se reabrieron los teatros; y actualmente, se encuentran sorpresivamente desaparecidos de la cartelera. Este auge y caída de las puestas en línea bien merecería alguna investigación seria en el futuro. En todo caso, Katartika Compañía Escénica se despide oficialmente de este tipo de creaciones, justamente con el estreno virtual de Despedida en tres partes, escrita y dirigida por Joaquín Usseglio.

Habiendo recuperado hace algunos meses el placer de asistir nuevamente al Teatro (el presencial, se entiende), este tipo de propuestas escénicas muestra ahora en mayor medida sus debilidades y fortalezas. La más grave sea acaso la de salir perdiendo irremediablemente frente a historias escenificadas en vivo y en directo, con actores y espectadores en verdadero convivio, y en donde toda la concentración de estos últimos se encuentra enfocada en el escenario. No obstante, también es cierto que sí que es posible lograr la atención del público a través de la pantalla, con historias interesantes e interpretadas correctamente en tiempo real. La pieza de Usseglio consigue este último acierto en gran medida.

Muy bien las actuaciones de Carolina Rodríguez, Miguel Soriano y José Miguel Herrera como tres hermanos muy diferentes entre sí, quienes ante el fallecimiento de un familiar deciden comunicarse por Zoom y así coordinar su reencuentro para la despedida final. Como era de esperarse, los asuntos no resueltos entre los tres crearán algunos conflictos, que ciertamente calan en el espectador virtual gracias a una correcta interpretación en conjunto. Las escenas en vivo se intercalan con secuencias pregrabadas impecablemente filmadas. Con algunos minutos de duración de más, Despedida en tres partes es una más que digna despedida del colectivo Katartika del mundo virtual y que de cierta manera representa también el final de esta etapa de experimentación obligada, por parte de muchos artistas escénicos en tiempos pandémicos, que encontraron en línea la oportunidad de seguir creando y contando historias para los espectadores.

Sergio Velarde

13 de mayo de 2022

Crítica: INDUCCIÓN


Teatro amateur

A pesar de la demora al ingresar (hubo una descoordinación con mi butaca asignada, previa al inicio de la función), el montaje de Inducción tuvo aspectos positivos, aunque no necesariamente desde el punto de vista escénico. Este consistió en dos obras y un intermedio musical.

En primer lugar, se presentó Un cierto tic tac del famoso escritor Sebastián Salazar Bondy. La puesta en escena fue sucinta y a pesar de abordar las complejidades morales de un fiscal público, las actuaciones no fueron del todo convincentes. Estéticamente, el vestuario del actor Víctor Flores fue más realista. En este breve montaje, lo más destacable fue la escenografía, muy realista para un ambiente de un abogado litigante y la luz tenue sobre un escritorio de burócrata.

Lo mejor de la noche fue definitivamente el intermedio musical, en donde deslumbró la voz de un grupo de mujeres desde el púbico. La temática fue la indignación frente a la violencia doméstica. La canción fue muy emotiva, así como la dicción y tesitura de la voz de las cantantes. Lo único que podría comentar es que si hubiesen presentado un vestuario, aunque sea sencillo, habría sido más impactante. Lamentablemente, no recuerdo el nombre de la vocalista, pues no aparece en la nota de prensa.

Finalmente, se presentó el montaje principal y creación de la directora Vanny Sierra, Inducción. Creo que era más que evidente que los actores aún se encuentran en formación y por esa razón, la transmisión de las emociones pudo ser más impactante y emocionante. Sin embargo, sí puedo mencionar dos aspectos positivos. En primer lugar, el potencial de la historia, ya que trata sobre actores interpretando a actores en un caos de presentación. Esta idea de por sí es potencialmente una comedia muy hilarante y, definitivamente, pudo haber funcionado mejor. En segundo lugar, y como mencionaba al inicio de esta crítica, un aspecto fuera de lo escénico, pero con un gran contenido humano: la inclusión social. Dentro del elenco se presentó una chica con habilidades diferentes, pues es sordomuda. Esto de verdad me impactó positivamente, pues es no es común ver la incorporación de actores de estas características en los escenarios limeños. No recuerdo un antecedente parecido. Esto último fue lo más positivo del montaje.

Me pareció, en general, que el colectivo cultural Butac ABC Artistas itinerantes hizo una presentación amateur; no obstante, con gran contenido humano. El espectáculo es recomendable, pero con un mejor equipo logístico o tal vez en otro teatro.

Enrique Pacheco

13 de mayo de 2022

miércoles, 11 de mayo de 2022

Crítica: 14 MILLONES DE REALIDADES


¿Cuánto tendemos a idealizar al otro en nuestras relaciones?

Existe un síndrome llamado “Madame Bovary” o “Bovarismo”, que es un trastorno de comportamiento que surge a raíz de la aparición de las novelas románticas del siglo XIX. Desde entonces, la idealización del amor ha conducido a miles de personas (fundamentalmente mujeres) a una continua frustración y decepción. La búsqueda de ese “amor ideal” siempre termina chocando con la percepción realista de una relación de pareja.

Esto es exactamente lo que le pasaba a Madame Bovary: ella tenía anhelos de personas míticas y todo lo que se le presentaba le quedaba pequeño, buscaba entonces la realización de sus sueños en otros amores, pasionales y platónicos…, pero ninguno de ellos lograba calmar su desesperada ansiedad y sus románticas inquietudes.

Desde la antigua Grecia, existían dos formas de conocer el mundo: el Mythos y el Logos; de alguna manera siguen existiendo muchas personas que cuando empiezan a conocer a alguien lo hacen desde el “mythos”, es decir, lo hacen desde la idealización, desde la construcción de una historia sobre aquella persona que poda casi todo lo que no les gusta y se quedan con todo lo que podría encajar con lo que ellos esperan. Por ejemplo: “Me gusta que esta persona es muy sensible”, cuando en realidad no es así; o “Es muy profundo”, cuando en realidad casi no habla. Entonces mitificamos al otro para que encaje con nosotros. Todo esto pues, es el enamoramiento y siempre acaba, siempre termina, y es cuando finalmente tomamos la decisión de amar o no a esa persona. El enamoramiento es pues, totalmente opuesto al amor.

Imaginen una máquina que pudiera cambiar al ser querido tal cual nuestros requerimientos, pues sería aún más caos, pues por un lado no existe la persona perfecta, ni única, ni especial; y por otro lado, esa persona dejaría de ser tal cual es, para ser algo solo para complacernos. Esto propone la obra 14 millones de realidades, una mujer que ajusta a su gusto a su pareja, pero que, tal cual Madame Bovary, no termina de gustarle ninguna de sus versiones.

Las relaciones son complicadas, pero si vamos desde el mythos, ya estamos entrando en el terreno de la ilusión, cuya caída puede ser fatal una vez que el enamoramiento fenece. ¿Qué queda luego de eso? Pues el diálogo, y tener claro que el amor no lo puede todo, que el amor no es sacrificio y que incluso con amor puedo terminar una relación si siento que estamos en diferentes direcciones; quizá un tiempo podemos conectar bien con la pareja y eso no significa que esa conexión se mantenga toda la vida. Siempre quizá sea mejor ser objetivos.

Un escenario minimalista, apoyado en un gran trabajo de los actores, a veces rompiendo la cuarta pared, invitándonos más a ser partícipes de observar cómo nos estamos relacionando.

Manuel Trujillo

11 de mayo de 2022

Entrevista: MARCO ANTONIO HUACHACA


“Si no vemos teatro ¿de dónde aprendemos?”

En medio de la reactivación teatral de los últimos meses, es de desatacar la labor de Marco Antonio Huachaca, quien se encuentra en cartelera con dos espectáculos teatrales bajo su dirección y además, coprotagoniza uno de ellos. Oficio Crítico conversó con el joven artista sobre su experiencia y trayectoria, así como de sus dos montajes en cartelera: El ornitorrinco y Con mi mamá no te metas.

Escrita por Humberto Robles, El ornitorrinco nos cuenta la historia de Ana y Paco, una pareja que convive y disfruta de su sexualidad dentro de una normalidad aparente; sin embargo, surge la idea de cuestionar la monogamia como una norma que toda relación debe seguir. En este contexto de dudas e indecisión, David, amigo de la infancia de Paco, se involucra sin darse cuenta que él también podría ser víctima de la situación. Sus vidas cambiarán completamente desde este momento.

Se encuentra en temporada los viernes de mayo a las 8:00 p. m. en el Teatro Auditorio de Miraflores.

Por otro lado, Con mi mamá no te metas es una comedia escrita y dirigida por Marco Antonio, en la que la actriz María Victoria Santana es “Doña Cuca”, una madre fuerte y trabajadora, que mantiene sola a sus dos grandes hijos Mayra y Pedro. Ellos han decidido brindarle mayor atención y cariño por el Día de la Madre, ya que se han dado cuenta lo alejados que han estado de ella. Sin embargo, la visita del primo Luisito, sus gestos de cariño y buen trato hacia Doña Cuca, generarán en ellos celos descontrolados y las ganas de eliminarlo de la casa, sin embargo, no tienen idea a lo que de verdad se enfrentan… ¡CON MI MAMÁ NO TE METAS!

La temporada va los sábados y domingos de mayo, también, en el Teatro Auditorio de Miraflores.

La producción general de ambas obras se encuentra a cargo del colectivo Teatro en el Perú.

Sergio Velarde

11 de mayo de 2022

Crítica: SURTE. EL SONIDO DE LOS SUEÑOS


La incansable lucha por los anhelos

Próxima a estrenarse este jueves 12 de mayo en el Teatro de la Alianza Francesa – Miraflores, SURTE. El sonido de los sueños, una coproducción de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático ENSAD y la Asociación Iberoamericana de Artes y Letras AIBAL, nos trae una historia cargada de emociones, que atrapa al espectador desde el principio.

Escrita por Percy Encinas y Carlos Gonzáles, bajo la dirección artística de Luz Marina Rojas Merchan, la trama nos sitúa en un contexto actual en donde Abi, la orgullosa abuela de Facundo, se prepara para la llegada de su joven nieto, quien partió a otro país con el objetivo de consolidarse como músico; no obstante, los rumbos misteriosos y a veces  injustos que tiene la vida cambiarán los planes de estos personajes. De manera alternativa, se conocen otras historias con distintos personajes, cuyas realidades se entrelazan, teniendo un denominador en común: la conquista de los sueños. Es decir, la historia principal se nutre y complementa con las pequeñas historias alternas, logrando conmovedores momentos.        

Quien escribe tuvo la oportunidad de asistir a una función de preestreno, de la cual se destacan varios puntos importantes. En primer lugar, la acertada y funcional distribución de los actores en escena, quienes no solo interpretan, sino que también se convierten en espectadores de la puesta, otorgándole a una energía presente y viva al desarrollo de las escenas. También el manejo adecuado del diseño de luces, precisaba los cambios y contrastes en los diálogos; de igual forma, la proyección de imágenes acompaña el desenvolvimiento de la historia. Así, el uso de todos estos elementos logra un resultado visual potente que se agradece. Una mención aparte para el equipo a cargo de la composición musical, encabezado por Estefano Encinas, quien toca en vivo. Sin duda, la pertinencia tanto en las letras como en los arreglos suponen un plus que imprime una rítmica especial a las escenas, además de engranar muy bien con los diálogos.

Por otro lado, el impecable elenco conformado por Lilian Nieto, Javier Valdés, Cecilia Monserrate, Lía Camilo, Laly Guimarey, Alejandro Tagle, B’reshith Burstens, Victoria Lara y Jesús Bazalar combina experiencia y entusiasmo, brindándole al espectador sentidas interpretaciones. Si algo habría que recomendar, en el caso del reparto a cargo de las coreografías, sería afianzar y dosificar un poco más la energía; sin embargo, destacamos el trabajo vocal bien sostenido.

SURTE. El sonido de los sueños se manifiesta como una sólida puesta en escena, que nos muestra una historia cotidiana, de la cual se desprenden temas tan vigentes como la violencia, la opresión, la discriminación y la xenofobia, todo ello, en un contexto aún más difícil por la pandemia, que si bien no es el hilo conductor de la narrativa, se puede deducir que agudiza la situación de un migrante, que busca en el país de las oportunidades, cumplir sus sueños. El teatro, una vez más, hace posible vernos en un espejo e identificarnos con los personajes de esta obra, ya que todos andamos, algunos más errantes que otros, luchando por conseguir nuestros anhelos.

Maria Cristina Mory Cárdenas

11 de mayo de 2022 

Entrevista: MANCHI RAMÍREZ


“La impro es más cerebral y el clown es más del corazón.”

Manchi Ramírez es un actor, improvisador y clown con una vasta experiencia. Oficio Crítico conversó con el multifacético artista a raíz del estreno de Cenicienta, una obra de teatro interactiva para toda la familia, en donde el público es quien decide el final. Al lado de Manchi, participan Daniela Linares y Gia Roselina, con el acompañamiento musical de Armando Abanto y la dirección de Piero Fuentes - Castro Dulanto.

Dicen que algunos cuentos están hechos para vivirlos una y otra vez. Pero algunas de estas historias están muy pasadas de moda. Por eso, la tarea de estos tres actores es reescribir los clásicos cuentos que todos conocemos, y agregarles tres veces más diversión y finales alternativos.

Cenicienta se encuentra en temporada en el Teatro Barranco los sábados y domingos a las 4:00 p. m.

Sergio Velarde

11 de mayo de 2022  

martes, 10 de mayo de 2022

Crítica: ENAMORARSE ES HABLAR CORTO Y ENREDADO


Romance en el parque

En medio de la efervescente reactivación teatral, el reacomodo progresivo de nuestras rutinas prepandémicas, la violencia que parece imperar en nuestra sociedad, la tragicómica coyuntura política nacional y el lamentable conflicto armado internacional, tiene que ser el Teatro el que venga a sacudirnos en su forma más básica y efectiva a la vez. Y es que nada es más agradable que sentarse en una butaca, olvidar nuestra propia realidad por 60 minutos e involucrarnos en una sencilla y tierna historia sobre el escenario. Eso es lo que consigue, en términos generales, Enamorarse es hablar corto y enredado (2017), pieza escrita por el dramaturgo argentino Leandro Airaldo y dirigida por Esmeralda Fern, estrenada en la Sala Tovar de Miraflores.

Dos desconocidos se encuentran casualmente en la banca de un parque: ella es una citadina perspicaz y él, un campechano hombre de campo; ambos conviven con la soledad, pero deciden entablar una amistosa conversación. Sin pretender adaptar el montaje a nuestra realidad, Fern acierta en mantener el contexto original del texto, representado por el mate que él le comparte a ella, la clásica bebida gaucha que invita inequívocamente a socializar. Los diálogos son precisos y poéticos, justos y metafóricos, cortos y enredados, justificados por el nerviosismo que asoma de vez en cuando en la pareja, pero que no alterará la conexión entre ellos a pesar de sus evidentes diferencias.   

En estos tiempos tan críticos, ver cómo una mujer sola acepta conversar con un desconocido y además, aceptarle de beber resulta atípico. Sin embargo, la dirección de actores se luce con el trabajo interpretativo de María del Carmen Sirvas y Martín Martínez, quienes lucen convincentes y sólidos en todo momento. Detalles menores como darle un mayor protagonismo al árbol al lado de la banca y que no sea un simple elemento decorativo, así como revisar la inclusión de los efectos de sonido, no afectan el desarrollo de un diálogo honesto y creíble. Enamorarse es hablar corto y enredado, con la producción de Camerino 4 y la misma Fern, es una revitalizante puesta en escena llena de sutilezas, que nos recuerda que el amor y el afecto siempre estarán presentes entre nosotros para salvarnos, aun en los momentos más duros que nos toque vivir como sociedad.

Sergio Velarde

10 de mayo de 2022

domingo, 8 de mayo de 2022

Crítica: SOY JOSÉ MAMANI


¿Para qué ser Mamani, si puedo ser Justin Bieber? 

Nadie puede negar la relevante influencia de la globalización en los países subdesarrollados; en especial, dentro de la personalidad de su juventud que absorbe cantidades cuantiosas de publicidad sobre las nuevas tendencias en modas, vivienda, lenguaje, redes sociales, entre otros aspectos generales. Por ello, La Negra Asociación Cultural de la ciudad de Puno trae a escena el evidente síntoma de la alienación tan contagiosa que choca contra los orígenes autóctonos de una cultura en su adaptación de la obra Soy José Mamani del chileno Fernando Montanares, bajo la dirección de Julissa Paredes y protagonizada por Gustavo Quispe (como José Mamani) y Romina Paredes (como la psicóloga).

La ficción cuenta los problemas de identidad de un joven aymara, quien se considera alejado de todo tipo de parentesco con los “eso” -forma despectiva de referirse a su linaje-. En medio de la terapia que lleva, su psicóloga hará lo posible por encontrar la razón de esta negación violenta, a tal punto que los pensamientos retrospectivos, la carga de la herencia y la realidad se entremezclan. Bajo este sólido argumento la obra se figura como una fuerte crítica a la figura comercial captada por las almas más joviales de la sociedad peruana actual. Ese deseo de acercarse a pertenecer a las altas esferas, tener belleza estética o consumir productos costosos y que contrae la degradación de la personalidad cultural de uno mismo es sintetizado en un brillante montaje capaz de llevarnos a cuestionamientos muy profundos.

Cada elemento de la propuesta está bien colocado: desde la composición del espacio hasta la interpretación de los actores. Su genialidad viene directa de la esencia; se siente un verdadero teatro hecho en provincia. La escenografía nos da la lectura de características de la sierra peruana, incluido el vestuario, las proyecciones de imágenes y el uso de la máscara como un tercer personaje dentro de la trama. Eso en contraste con el personaje de Quispe le da mayor peso a la temática. Aunque por momentos el actor pareciera manejar un solo matiz para todo, poco a poco el ritmo lo hace entregado a los impulsos del cuerpo, logrando mucha verdad y correctas reacciones con su también impecable compañera de escena. El trabajo de Paredes resulta el de mejor progresión dramática. Empezando por lo pasivo e inerte de las expresiones y la corporalidad (casi parecido a un autómata dando terapia), para luego convertirse en la antítesis perfecta de “José Mamani” a lo largo de la función. 

La acertada mirada de la directora en cuestión de relacionar espectáculo con crítica social es admirable, muy fuera del cada vez más común teatro capitalino. No hay duda que hace mucho tiempo las producciones del cine y el teatro de provincia rompen esquemas repetitivos y gastados de la cartelera limeña para entonces brindar nuevos horizontes creativos. 

Tras unas breves funciones en el teatro de la Asociación de Artistas Aficionados y nuevas presentaciones en el escenario arequipeño, nos queda estar atentos a otras temporadas y proyectos de esta sala independiente. 

Christopher Cruzado

8 de mayo de 2022

viernes, 6 de mayo de 2022

Entrevista: CAROLINA RODRÍGUEZ


“Una actriz debe ser muy perseverante en su entrenamiento.”

Katartika Compañía Escénica presentará su cuarta obra oficial, en la que pone punto final a sus aventuras virtuales. Despedida en tres partes, escrita y dirigida por Joaquín Usseglio, tiene entre sus protagonistas a Carolina Rodríguez. Oficio Crítico conversó con la joven actriz sobre su trayectoria y experiencia, así como su participación en el montaje virtual.

Mariela, Víctor y Alejandro son tres hermanos que no se han visto en persona en un largo tiempo. Tras la pérdida de un ser muy querido para ellos deberán reencontrarse, para decir el último adiós a esa persona. Pero esto implicará que ciertas heridas y asuntos no resueltos del pasado vuelvan a salir a flote. ¿Lograrán verse de nuevo a pesar de todo?

Despedida en tres partes inicia su temporada el viernes de 13 de mayo  y finaliza el sábado 28 de mayo. Todos los viernes y sábados a las 8 p. m., por medio de la plataforma virtual Zoom.

Para adquirir sus entradas pueden escribir al IG o Facebook de @Katartika_ce o al número de WhatsApp 910 580 674. Se puede realizar el pago por medio de YAPE, PLIN o trasferencia bancaria.

Sergio Velarde

6 de mayo de 2022

 

jueves, 5 de mayo de 2022

Entrevista: ANGELO CONDEMARÍN


“Descubrí que escribiendo era un hombre libre.”

Oficio Crítico conversó con el destacado autor y productor Angelo Condemarín, responsable del éxito de la pieza Tu madre, La Concho, emblemática puesta en escena dedicada a todas las madres latinas. Justamente, el miércoles 4 de mayo se realizó el lanzamiento de la mencionada obra en formato de audiocomedia en cuatro episodios, disponibles a través del canal de La Gata Teatrera en Spotify, Apple Podcast, Amazon, Ivoox y Google Podcast.

Una madre sobreprotectora al límite, una abuela manipuladora, y una nieta metiche, se unen en un matriarcado familiar para dominar la casa frente a una terrible amenaza: el engreído de la familia quiere independizarse. La audiocomedia cuenta con las voces de Sonia Seminario como Clementina, Lilian Nieto como Concho, Claudio Calmet como Mariano, Lía Camilo como Catalina y Alejandra Guerra como la Gata Teatrera.

Más información en redes sociales de La Teatrera: Instagram: @lateatrera.pe y TikTok: @lateatrera.pe.

Sergio Velarde

5 de mayo de 2022


lunes, 2 de mayo de 2022

Crítica: DETENCIÓN


Ser humano, ser adolescente

La Eme Colectivo Teatral ha estrenado recientemente la obra Detención, escrita y dirigida por Mónica Talavera. El Nuevo Teatro Julieta da lugar a esta producción los días viernes y sábado a las 10:30 p.m., con las actuaciones de Diego Pérez, Lilian Schiappa-Pietra, Daniel Menacho, Andrea Alvarado, Gianmarco Loli y Fernando Pasco. Este montaje nos cuenta la historia de cinco alumnos y alumnas que terminan en detención después de un día de clases. La chica popular, la “rara”, el nerd, el deportista y el alumno violento se encuentran en detención después de clases, cada uno por razones que iremos conociendo. Sin pensarlo, el espectador encontrará que estos cinco estudiantes tienen más aspectos en común de los que parece.

El espectáculo se desarrolla en el salón de detención, al cual van llegando uno a uno los alumnos castigados. Esta entrada de los personajes es un aspecto muy importante, ya que es la carta de presentación de los alumnos. Se notó la especificidad en las marcaciones de entrada de cada uno, lo cual constituía información muy valiosa para que el público pueda conocerlos. La construcción de los personajes estuvo muy pareja, cada uno lleno de detalles que enriquecen la obra. Debo rescatar que cada uno de los caracteres de la obra logró niveles de contradicción humana tan específicos que evitaron la posibilidad de caer en el cliché meramente.

A pesar de que la construcción de personajes fue eficiente a nivel general, el ritmo de la obra no fue claro ni consistente. Hubo momentos donde la marcación de escenas y contraescenas eran muy confusas, por lo que el espectador no podría haber tenido claro cuál era la principal y cuál la secundaria. Esto generó una sensación de desorden, acompañado del hecho de que momentos cumbre de la obra no fueron marcados de manera clara. El engranaje del sistema de luces no fue específico durante la obra, parecía un elemento que no acompañaba realmente el cuadro de intensidad. Lamentablemente este desorden desde la dirección no permitió que el espectáculo se lograra completamente.

Las peripecias de la adolescencia es un tema que nunca dejará de ser vigente. De la mano de Talavera, tenemos la oportunidad de ahondar en las contradicciones que se viven y sienten en esta etapa de la vida. La misma directora reconoce que este momento constituye, tal vez, el primer gran encuentro con lo que es la vida real. El espectador es testigo del  enfrentamiento con situaciones donde el estatus y las ideas de poder van cobrando importancia, y cómo esta “batalla” ha traído consecuencias distintas en cada personaje. Lo más enriquecedor de esta historia es que el público puede identificarse y ver de cerca a estos cinco chicos que, al fin y al cabo, terminan teniendo mucho más en común de lo que parecía.

Stefany Olivos

2 de mayo de 2022

domingo, 1 de mayo de 2022

Crítica: INOPIA DE UN DIOS SALVAJE


La pérdida de la inocencia

La trata de personas, especialmente la de niños, es acaso uno de los delitos más despreciables que pueden existir. Las víctimas son captadas mediante engaños o coacción y son sometidas a trabajos forzados y peligrosos, convirtiéndose esta práctica en una forma alternativa de esclavitud. En nuestro país se registra una enorme cantidad de casos, tanto en la capital como en el interior, provocando un inmenso dolor a miles de familias, que se ven destruidas desde su interior ante el menor descuido. Justamente esta actividad delictiva es retratada en toda su crueldad, pero además con un agradecido sentido de la estética, en Inopia de un Dios salvaje, escrita por el joven actor Alejandro Tagle y que fuera ganadora del concurso de Dramaturgia Joven ENSAD 2021.

Con la certera dirección de Renato Piaggio, la pieza nos presenta las vicisitudes de dos niños secuestrados y encerrados en una oscura e inhóspita habitación. Tanto Bruno (Tagle) como Vania (Daniela Davis) tienen sus propias historias que nos son contadas en desorden temporal, pero de manera comprensible. Además, la dirección plantea un montaje lúdico que abraza su origen teatral, con los actores apareciendo al inicio vestidos de blanco y luego sus vestuarios, descolgándose desde la parrilla de luces. Ambos intérpretes consiguen logradas caracterizaciones, a la vez que entablan una dinámica y tierna relación que hará aun más dramática la resolución final.

A destacar también el tratamiento de los monólogos que asume cada actor en su momento, a excepción del primero grabado en video, algo discursivo. Tanto Davis como Tagle conmueven con sus palabras, provocando en los espectadores un genuino sentimiento de compasión hacia los miles de afectados en el mundo debido a esta práctica delictiva. Con la producción de Kapchiy y Alejandra Zegarra, y presentada en la Casa Tovar de Miraflores, Inopia de un Dios salvaje es un sólido y efectivo llamado de atención frente a la trata de personas, una despreciable manera de explotación ilegal, que es presentada en escena de una manera estéticamente sugerente y profundamente humana.

Sergio Velarde

1º de mayo de 2022