lunes, 26 de julio de 2021

Entrevista: FLOR CASTILLO


“La acción siempre es el eje fundamental.”

El emblemático grupo Cuatrotablas cumple cincuenta años de actividad teatral ininterrumpida, siempre preocupados por mantener viva la memoria, nuestra memoria. Conversamos con una de sus actrices más representativas, Flor Castillo, para conversar sobre sus inicios, su trayectoria y experiencia profesional, así como de su destacada labor en el colectivo escénico que fundara el maestro Mario Delgado.

¿Cómo fue tu comienzo en el teatro?

Fui una jovencita muy privilegiada, fue una oportunidad maravillosa a los 14 años. Me enteré por mi madre que había llegado a Piura Luis Valdivieso, maestro y director teatral, con el propósito de impartir cursos de formación teatral. Él era piurano, egresado de la ENAE – Lima, invitado por la ORAMS (Oficina de apoyo a la movilización social del área cultural - Piura). Y es así que feliz me inscribí en el verano de 1971, me integré al elenco del taller de teatro móvil, forme parte del TNT (Trabajadores del nuevo teatro). Todo esto fue parte del sueño de Jorge Díaz Herrera, escritor y poeta que diseñó el plan nacional de Inkarri, durante el gobierno de Velasco Alvarado. Fui parte de esa maravillosa experiencia en la creación y difusión de teatro, títeres y mimos. Escenificamos obras como El Amo de Luis Valdivieso, Callejón  de Victoria Santa Cruz y Domingo 7 de Leónidas Yerovi. Fue un tiempo increíble e irrepetible, de  aprendizajes, ensayos y presentaciones en plazas de los pueblos, colegios, municipios y la cárcel de Piura. Recuerdo que nuestro grupo teatral fue asistido  por los soldados del ejército, como apoyo logístico en la instalación de luces, tabladillos, junto al director y a los jóvenes integrantes del grupo. Tengo la convicción que hicimos teatro en pueblos,  donde antes no había llegado ningún grupo.


¿Cómo fue tu encuentro en Cuatrotablas?

Me encontraba participando en la obra Carmen de Prospero Merime, dirigida por Kathy Serrano. En esa temporada, Mario Delgado me invitó a participar en el remontaje de la obra La nave de la memoria de Ricardo Oré.

¿Qué es el método de Cuatrotablas para ti?

El método es la columna vertebral al cuerpo Cuatrotablas. Porque ha formado a sus actores, permitiendo tener una reserva permanente para sus creaciones, siendo una constante en la creación colectiva o de autor, tanto como actores de la escuela y actores invitados.

¿Cómo tomas el método del grupo en tu proceso?

El método de Cuatrotablas llegó como para afilar la sierra y reconocer la importancia del laboratorio en la creación, en mi formación y disciplina. El proceso creativo se realizaba en el laboratorio donde nos proponían ideas relacionadas con enraizarnos, tomar conciencia de tu aire, del equilibrio, de la columna, de las oposiciones, de la importancia de tu diagnóstico y pronósticos a través de acciones como caminar, saltar, correr, estar allí presente para ir hacia el acto creativo, pasando por las fases del calentamiento, creación de secuencias, la improvisación y el montaje. Esto se constituía en la dinámica creativa de los procesos por Mario Delgado.


¿Cuándo comienza el proceso del laboratorio de Arguedas?

Del 2003 al 2006 fue el primer laboratorio, se estrenó en FITECA (Fiesta Internacional de Teatro en calles abiertas) en el 2006. Partimos de la primera hoja de la novela Los ríos profundos de José María Arguedas. Un año buscando el lenguaje, para interpretar la primera versión. Pilar Ochoa, José Infante, Juan Maldonado, Helena Huambos y Rosario Gamarra, fueron convocados y estuvieron acompañando el proceso, como también la maestra Rosa María Salas.

¿Cómo vinculas el canto y la acción?

Nuestra tradición es musical, El Taquioncoy, La fiebre del canto y la Danza de la curación, en palabras de Ricardo Oré. En la voz está guardada la memoria. El canto era parte de mi camino de búsqueda con Retablo, con la creación de la obra Herraduras en el alma, obra de creación colectiva que cuenta la historia de del Perú a través del canto y la danza desde la llegada de los españoles, tomando como hitos treinta sucesos históricos. Por eso me fascinó el proceso de la nave de la memoria de Cuatrotablas, había una gran afinidad, un teatro histórico musical peruano. Yo creo que mi proceso anterior me permitió aportar esos hallazgos de Retablo a Cuatrotablas.

¿La voz como camino a la acción o la acción como camino a la voz?

La acción siempre es el eje fundamental, imagen, sentimiento y acción, enseñanza de María Escudero, transmitido por Manuel Luna, en el proceso de la obra Herraduras. Preparar el cuerpo, la voz para la acción física y vocal. La voz es acción, te detiene, te corta, te abraza, de hiela, te eleva, es acción en sí.

¿Cómo llegas al canto Arguediano? ¿Y cómo influye en ti?

En el proceso de investigación y creación de la novela Los ríos profundos, encontramos el canto Arguediano. La novela recoge cantos tradicionales de la infancia de José María Arguedas y de los pueblos que lo vieron crecer. Luego María Rosas Salas fue convocada por José María Arguedas para cantar y grabar sus cantos recopilados; asimismo, ella también aportó como investigadora e interprete, con otras hermosas canciones a la dramaturgia musical en el primer montaje de Los ríos profundos. Esta rica enseñanza elevó en la poética del montaje, así también como las danzas dirigidas con Juan Maldonado y el músico guitarrista ayacuchano Américo Peñafiel, que también aportó nuevos cantos a mi versión de canto Arguediano, cantos que aprendió desde niño.


¿En cuántos procesos y versiones de Arguedas has estado?

Aproximadamente en nueve versiones, entre el primer Laboratorio y el de Las Chicheras parte 3.

¿Cuál fue tu hilo conductor en estos procesos?

El amor por la obra Los ríos profundos de José María Arguedas. Partí del personaje Ernesto Mujer, su madre ausente, el escritor. Todos éramos Ernesto Niño, Ernesto Adolescente, Ernesto Padre. Y después en la versión unipersonal, integré todas las versiones de Ernesto y al mismo José María Arguedas, con los textos de sus cartas del libro El zorro de arriba y el zorro de abajo. El sentido de las obras es que se hagan y representen, para que estén vivas.

¿Cómo has interiorizado cada uno y lo transformas para el siguiente proceso de creación?

No estar aferrada a nada, como decía Mario Delgado, lo único que es permanente es el cambio, que en lo personal, a mí me costaba mucho, fue lo más duro del aprendizaje, me creaba una oposición interna, pues cada proceso significaba pulir y afinar una puesta y luego volver a empezar y recuperar lo logrado, en otras palabras lograr el desapego. Pues en el fondo, cuando capturas la esencia, ya es posible todo, como reducir los espacios, el tiempo, el vestuario, los elementos, etc. Sentarte y desde allí detenerte, poner la danza, el delirio y en esa aparente quietud darlo todo. Aprender desde la mirada del niño Ernesto vehemente y delirante; me fascinaba ver cómo miraba el mundo, la gente, las aves, los ríos, los árboles, la música, el canto y la ternura de sus sirvientes indios. Estaré siempre agradecida por Mario Delgado y José María Arguedas, pues tensamos siempre ese hilo conductor y ahí siempre hice batallas con Cuatrotablas. Ávidos y seducidos por vivir Los ríos profundos, al modo de Ernesto y ahí encontrar al Ernesto nuestro.

¿Cuál es la memoria de Arguedas en los siguientes procesos de creación?

Ya camino con el papacho Arguedas, ya está en el alma y el cuerpo, su legado. Tan claro como en su discurso Yo no soy un aculturado; y ese concepto te va dilatando, de su libro ¡Sigo siendo! Kachkaniramqmi! y su vigencia, después de tomar su vida y trascender.


¿Cómo festejas los 50 aniversarios de Cuatrotablas?

Esta pandemia y el confinamiento me ha permitido re-visionar, ordenar, recopilar, registrar procesos, elaborar planes, proyectos de todo el material de la trayectoria de Cuatrotablas, lo cual me ha permitido mostrar al mundo cultural, la vigencia de Cuatrotablas, mediante conversatorios, entrevistas, etc.

¿Qué encuentros y desencuentros tienes con las lecturas dramatizadas?

Para las lecturas dramatizadas, Mario nos pedía dominar el texto, de tal modo que pudiéramos accionar con el libreto o sin él. Ahora hemos abierto un laboratorio específico con el primer elenco del grupo Cuatrotablas, de modo virtual, que es el medio que nos permite mantenernos conectados y vigentes. Permitiendo adecuar las obras a la demanda de esta plataforma virtual, sin perder la esencia del teatro de Cuatrotablas.

¿Nuevos proyectos?

Re-visionar mis 50 años como actriz, coincido gratamente con los aniversarios de Cuatrotablas; este 2021, también cumplo 50 años ejerciendo esta hermosa labor de actriz.

Algunas palabras adicionales.

Seguir explorando sobre el universo de la performer. Estrenar la serie virtual 14 de noviembre 1997, basada en la obra teatral del mismo nombre estrenada en marzo del 2020, previos al confinamiento por el Covid-19. Revisar mi trayectoria artística de 50 años, con el objetivo de realizar una puesta escénica, en homenaje y gratitud a la vida por permitirme, celebrar mis “Bodas de Oro” de mi labor artística. Escribir un libro, como dice el personaje Elvira Rupay, de la obra La nave de la memoria.

“Que remedie lo que está arriba y abajo, así el tiempo vuelva a este mundo; Canto de las temporadas, aires de partida y de regreso, danza de la curación”.

Miguel Gutti Brugman

26 de julio de 2021

2 comentarios:

Unknown dijo...

Medio siglo dedicada al teatro con etica y estética.
Cantas y encantas en el escenario y en la vida. Con mi felicitación el cariño de siempre.

Unknown dijo...

Excelente conocer algo de la profesión de mi querida amiga Flor de Maria. 👍🏻🌹