martes, 19 de febrero de 2019

Crítica: VEINTE MIL PÁGINAS


Veinte mil memorias

Los alumnos del curso de Actuación 8 de la especialidad de Teatro de la Facultad de Artes Escénicas de la PUCP están presentando (en el Centro Cultural de la misma universidad) el montaje Veinte mil páginas, del destacado dramaturgo suizo Lukas Bärfuss, bajo la dirección de Jorge Villanueva. Para esta ocasión, contaron con la participación especial de Alfonso Santistevan como actor invitado.  

Este maravilloso texto desmenuza con gran habilidad e inteligencia la historia de un joven, al que un inusual accidente (la caída de una caja de libros sobre su cabeza) le cambiará la vida. El contenido de estos libros se almacenará en su mente, desvelando la participación de Suiza en la Segunda Guerra Mundial. Este hecho lo sobrecoge y hace que empiece a cuestionarse; sin embargo, su nuevo “talento” será exhibido en un programa concurso que expone la banalidad extrema en tiempos modernos.

Inicialmente, las escenas trascurrieron con cierto aletargamiento, provistas de una dinámica poco apreciable respecto a las acciones y la narrativa misma (lo cual puede deberse a la multiplicidad de roles). Conforme avanzaba la historia, el ritmo se tornaba más consistente, clarificando las acciones de los personajes y permitiéndole al espectador entender la historia. No obstante, sería pertinente uniformizar la proyección de voz en todos los actores (vale mencionar que algunos actores tenían dominado este punto, como por ejemplo, el personaje de John), pues la dificultad para escuchar algunas palabras era evidente (principalmente a quienes estaban en las últimas butacas). A su vez, una obra tan exigente, tanto para los actores como para el público, debe tener un espacio de oxigenación, aunque este sea mínimo. Por lo demás, los noveles actores supieron manejar el grueso del texto propuesto por Bärfuss.

Siempre un estreno viene cargado de expectativas (a veces muchas); seguramente, en las siguientes funciones la obra podrá encontrar su propio ritmo, por lo tanto, las ejecuciones de los actores serán más contundentes. Veinte mil páginas es un recordatorio a la llamada “sociedad del consumismo”, de los sucesos sustanciales y trágicos que marcaron el rumbo de la historia y el desarrollo de la humanidad. El autor, con total apertura y conciencia crítica revela la ausencia de memoria y sensibilidad de esta sociedad; en contraposición, nos muestra la facilidad con la que cedemos –muchas veces- ante la seducción de lo superficial e intrascendente, muy propio de estos tiempos. Vale bien la pena entonces, prestarle atención.

Maria Cristina Mory Cárdenas
19 de febrero de 2019

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