viernes, 16 de noviembre de 2018

Crítica: QUITAPESAR


El maravilloso lenguaje del cuerpo

Una sala de teatro, el aroma de un incienso y un grupo de intérpretes preparándose para moverse por el espacio, creando así la complicidad con el público. Quitapesar es una obra en movimiento, dirigida por Ana Chung, la cual está presentándose en el Teatro de la Alianza Francesa.

Esta interesante propuesta cuenta con un elenco de diversas formaciones y ocupaciones; sin embargo, todos tienen un punto de encuentro: el conocimiento y manejo del cuerpo dentro de sus actividades. Es así que Diego Villarán, Fer Escudero, Francesca Sissa, Inés Coronado, Silvia Ágreda y Nico Miranda (a cargo de la música), intervienen en este espectáculo que tiene al cuerpo humano como protagonista. Con melodías acorde a los movimientos, se van creando las siluetas y formas, que permiten al espectador sumergirse en una atmósfera de calma y aparente pasividad.

Integrar el cuerpo y la mente, suele ser un ejercicio poco atendido por los seres humanos, entonces mediante esta experiencia es posible entender al cuerpo, escucharlo y saber que a pesar de los impedimentos o lesiones que sufra, siempre encontrará una forma de expresarse. Combinando la soltura de la danza y la teatralidad propia de una obra (utilizando los sentidos y la voz en ciertos momentos), Quitapesar invita al público a interactuar y ser parte de la creación (desde su disposición), posibilitando la conexión con suma prudencia.

Ejercitar la respiración es otro momento destacado en la puesta, facilitando que el cuerpo (instrumento del hombre para comunicarse) cree una suerte de conciencia del momento presente. Una experiencia necesaria que al principio podría parecer confusa, pero a medida que avanza, va encontrando su naturaleza y razón de ser.

Un ejercicio de comunicación, de reflexión, de relajación y conciencia del cuerpo que nos acompaña. Un momento para entender la importancia de su cuidado y expresión (en movimiento o en calma); en pocas palabras, un bonito recordatorio de ser humanos, tan físicos como emocionales.

Maria Cristina Mory Cárdenas
16 de noviembre de 2018

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