martes, 2 de octubre de 2018

Colaboración regional: ENTORNO: DIAGNÓSTICO DE UN TODO


La investigación y el teatro

Cuando una persona sufre de una enfermedad, ya sea grave o tratable, las consecuencias no solo afectan al paciente directamente sino también a la familia: al entorno. Mucho se ha hablado respecto a la capacidad que tiene el teatro de re-crear momentos o situaciones para lograr la identificación del público, si bien es cierto su objetivo principal no es contar de forma fidedigna un hecho, sí es mostrar una perspectiva tanto del director como de los actores respecto al mismo.

Sin embargo, es importante apuntar que el quehacer teatral de creación requiere de la investigación que lleve, no a lo fidedigno pero sí a lo verosímil. La verosimilitud ha sido durante años un debate continuo en el teatro, algunas veces se ha apuntado que el teatro, al ser un arte de observación y entretenimiento, no tiene que ser real, pero sí debe ser creíble en sí mismo y para eso, la investigación y la recopilación de información es fundamental. Jorge Dubatti apunta que el actor tiene dos maneras de llegar a la investigación: la convivial autoanalizada y la de espectador laboratorio. En la primera es un conocimiento de sí mismo tanto interna como externamente; este conocimiento, como también señala Stanislavski, hace que el actor otorgue parte de sí a la creación del personaje sin ser él en el escenario; y la segunda manera busca que el actor se relacione con su entorno y lo que ocurre no solo con las personas, sino también con los espacios y los estímulos. Nos damos cuenta que el actor es una unidad de cuerpo, conciencia y entorno. Este último concepto ha sido bien empleado en el trabajo de improvisación denominado “Entorno: Diagnostico de un todo”.

“Entorno” es un trabajo de improvisación de tipo long form que fue presentado los días 28 y 29 de setiembre en Espace Liberté por el Grupo Artos bajo la dirección de Jair Cohello. “Entorno” toma como referencia enfermedades para adentrarse, no en el sufrimiento de los pacientes, sino en lo que ocurre en las familias. Emociones encontradas como preocupación, dolor, culpa, amor se mezclan en un arriesgado formato. Al ser improvisación, toda la historia es creada a partir de tópicos o detonantes que llevan al espectador a una obra nueva en cada función. Es importante resaltar del trabajo que nada está demás en la historia, cuentan con una investigación muy sólida y los datos brindados son muy precisos, lo cual otorga mayor verosimilitud.

En cuanto a la creación de personajes, es importante mencionar que la relación de cercanía entre los actores y su química en el escenario produce personajes sencillos pero bien ensamblados. El formato y la dirección otorgan a las obras creadas rapidez y buenos matices. El tiempo en escena está bien cuidado, son muy pocos los momentos que llevan a la distracción del espectador, lo cual es un recurso muy difícil de lograr en improvisación, donde casi siempre el tiempo es un arma en contra. Los canon y las escenas individuales son ordenadas y claras. Un punto aparte y que aporta mucho en escena es la música en vivo, se suele decir que la música puede contribuir o destruir un producto teatral; en este caso, la música fue parte importante de la obra, resaltando momentos impactantes o simplemente funcionando como compañía, hasta se podría decir que sin la música el resultado no hubiera sido el mismo.

He visto trabajos de improvisación de Artos antes y puedo hablar de su evolución, y decir que “Entorno” está muy bien logrado y se puede evidenciar un importante avance en su trabajo actoral. El público quedó contento con la propuesta que se vio aún mas completa con la presentación de especialistas en temas médicos al final de la función.

El teatro debe ser investigativo, solo quedarse en lo superficial origina que el público salga de la sala con una imagen, pero no con una pregunta o una idea. El teatro tiene la labor de contar, pero de contar bien y a profundidad.

Katiuska Granda
Piura, 3 de setiembre de 2018

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