lunes, 30 de abril de 2018

Colaboración regional: FREAKSHOW


La magia de lo diferente

Hace algún tiempo conversaba con un grupo de actores jóvenes sobre el aporte e intencionalidad que ofrece el actor a una pieza teatral, pues cada uno es único y diferente en su ejecución. Por ejemplo, a pesar de haberse representado muchas veces a nivel mundial en los mejores teatros y en las salas más íntimas, jamás veremos la misma “Romeo y Julieta”. El poder de una obra teatral no solo está en el texto, sin desmerecer este, sino también en la capacidad trasformadora del director y en la creación y creatividad de los actores. En su capacidad de ayudarnos a descubrir el valor de un personaje más allá de sus múltiples representaciones.

Los freak show o circo de los horrores eran macabros espectáculos que se realizaban en Europa y Latinoamérica hasta fines del siglo XIX. El espectáculo, a diferencia de los circos de animales, consistía en mostrar “abominaciones” tales como la mujer barbuda, los siameses, hombres deformes, etc. Las historias de sufrimiento que había detrás de cada personaje quedaban alejadas del público y este solo se concentraba en el aspecto físico. El dramaturgo argentino Martín Giner usa esta realidad para crear una de sus piezas teatrales más celebradas, “Freakshow”, una comedia que raya en lo absurdo, pero que esconde una pregunta importante y que también se convierte en una crítica: ¿Que tan gracioso es de lo que tanto nos reímos? ¿Es una risa o una burla de los demás y de nosotros mismo?
Esta obra, junto con “Terapia”, son las más representadas del autor a nivel internacional con diversos matices, con lo cual es un gran reto llevarlas a escena.

El pasado 21 de marzo se estrenó en Piura “Freakshow”, a cargo del grupo Pares Teatro bajo la dirección de Arnaldo Quitana, quien además interpretó al tierno y tonto Cecilio Cornamaneja, y con las actuaciones de  Stefany Cienfuegos como Josefina y Edenilson Roman como el Presentador.

La puesta en escena muestra un sólido crecimiento respecto al anterior trabajo del grupo con la obra “Terapia”. La distribución de espacio estuvo bien planteada, aunque se debió considerar el uso de menos elementos que por momentos distraían la atención del público. El sonido y las luces, así como la ambientación (letrero de circo, payasos y contorsionistas de teloneros) demostraron una importante preocupación por los detalles que pocas veces se ha visto en puestas anteriores en Piura, aun cuando no se trataba de una pequeña sala sino de un auditorio. He aquí que se puede observar la buena producción del grupo.

La obra inicia con un monologo del Presentador respecto a los “Horrores” y a una extraña maldición que afecta a una familia por generaciones. Esta maldición dicta que cuando uno de los integrantes varones se enamora, sufre de delirios que los llevan a creer que son superhéroes y mueren en su intento de hacer cosas imposibles. El peso escénico de Edenilson Román, en este personaje, aportó en el monólogo inicial una dosis siniestra y grandilocuente que lamentablemente no se sostuvo durante la obra y que hubiera sido interesante ver; sin embargo, su forma de empatizar con el público suplió en parte esta ausencia.

Josefina en esta obra es un personaje discordante, parece vivir en un mundo alterno de perfección y belleza creadas a su antojo por el Presentador al estilo de una marioneta. Stefany Cienfuegos aportó simpatía y dulzura al personaje, pero aún es necesaria una mayor fuerza interpretativa y superar detalles como la dicción y el movimiento.

Mención aparte merece Arnaldo Quintana en la dirección y el protagónico. En cuanto al papel de Cecilio, es muy complicado interpretar el personaje de un tonto, sin que sea repetitivo y cliché, y Arnaldo lo logró muy bien, hizo un personaje entrañable y con el peso interpretativo correcto sin tornarse aburrido. En cuanto a la dirección, es bueno recordar que menos siempre es más y esto se vio bien reflejado en la puesta, que contaba con buen ritmo, buena línea dramática, interesante ruptura de la cuarta pared, buena química entre los actores. Solo se hizo necesario una marcación mayor en los cambios de espacio y en las repeticiones de la escena.

Hacer una obra compleja en el manejo de las emociones, como “Freakshow”, es muy complicado y es un riesgo que merece ser aplaudido y felicitado. Eso nos lleva a pensar que estamos creciendo y que seguimos por muy buen camino teatralmente. Pares teatro es un buen ejemplo de cómo la creatividad, los detalles y el esfuerzo generan un buen producto teatral.

Katiuska Granda
Piura, 30 de abril de 2018

No hay comentarios: