jueves, 25 de enero de 2018

Entrevista: ANA LUCÍA PÉREZ

“Me dicen que soy una cajita de sorpresas”

“Cristhian Palomino tiene una capacidad de crear tan rápido buenas obras. Lo conocí como actor, cuando hicimos Promoción (2015) y desde el primer día me dijo: “Nosotros tenemos que hacer una obra juntos". Me llamó y me dijo: “Tengo una obra, El último verano, quiero que hagas un personaje que a mí me encanta”. Lo leí y me enganché en una”, comenta  Ana Lucía Pérez, ganadora del premio del público a Mejor actriz de reparto en Drama por Oficio Crítico 2017. La puesta en escena le permitió al público ver a Ana Lucía en diferentes papeles, lo que demostró una vez más la capacidad de juego que posee en escena. “Estudié teatro desde los 17 años en Diez Talentos. Mi mamá viendo un programa de televisión, encontró el taller de Bruno Odar y me dijo: “Vamos al casting mañana mismo”. Fui, hice el casting y pasé”.

Ana Lucía estudió con Bruno Odar cuando estaba asociado con Alberto Ísola. Ella confiesa que repitió un nivel de dicho taller, “porque Bruno quería que creyera que soy una buena actriz. Siempre he sido tímida, me minimizaba mucho, no me la creía. Hasta ahora soy súper tímida (ríe)”. Ella nos cuenta que desde pequeña le ha gustado la danza contemporánea y el ballet. “A los 19 años tomé danza contemporánea y a los 21 años, ballet. Amo la improvisación de danza, expresar lo que siento a través de mis movimientos”. Agrega que hace dos años estuvo a punto de dejar el teatro, pero “había un bichito que me decía que no podía dejarlo y lo retomé, ya con más fuerza”.

Primeros profesores y experiencias

“Yo entré a un taller a los 9 años por monería, porque a mi hermana le gustaba la actuación en el colegio. Yo siempre hacía lo que mi hermana hacía: montar skate, deportes extremos; entró al teatro y yo también. Una vez dentro, quería seguir en esto”.  Ana Lucía comparte su experiencia en su primer taller de teatro. “Estábamos presentado la obra y la profesora, con cigarro en mano, me dijo: “Tú no te vas a poder dedicar al teatro”, “Tú no vas a poder ser una buena actriz”, “No tienes la voz, no se te escucha”, “Lo máximo que podrás hacer son comerciales, cosas de tele”.  Me di cuenta de que me chocó tanto, que realmente eso era lo que quería hacer”. Ella recuerda muy agradecida a los profesores que le tocaron posteriormente. “Bruno fue mi primer profesor y luego, Alberto (Isola). Ellos me han dado las herramientas para sentirme segura. Bruno fue el que me dijo: “No, tú eres buena, créetela”. Él y su esposa Julia Ruiz me ayudaron. En un monólogo de Medea, ella me dijo: “Tienes un brillo en los ojos único, un brillo en escena bonito, debes seguir en esto”. Por otro lado, califica a Isola como “el maestro del teatro“.

Ana Lucía cuenta emocionada su primera experiencia actoral profesional con Espinas (2013), escrita por Eduardo Adrianzén y dirigido por Alberto Ísola. “Fue una obra que comenzó como taller montaje. Alberto nos dijo: “¿Por qué no hacen de esto una temporada?” Esa fue la primera, en el Mocha Graña y en la Plazuela de las Artes.  Le sacamos el jugo a la obra.” Después, Adrianzén le dijo al grupo que quería escribir una obra especial para ellos. Así nació Los veranos son cortos (2014), dirigida por Ximena Arroyo. Luego, intervino en la ya mencionada Promoción de Aldo Miyashiro, una obra de Vodevil con sus egresados, en el Teatro Auditorio Miraflores. “Entré apoyando al grupo. Aquí conocí  a Kathy Serrano, ella siempre escucha la propuesta de los actores, tiene la decisión como directora de decir si esto va o no, pero está abierta a las propuestas de sus actores. Eso me ayudó, me retó”.

Pasadas estas experiencias, Ana Lucía quiso abandonar el teatro y se fue de viaje. Pero una llamada de la asistente de casting de una obra la puso en aprietos. “Me dijo que el casting para Bajo la batalla de Miraflores (2015), en reemplazo de la actriz Valquiria Huerta, era pasado mañana, y algo me decía que tenía que ir a ese casting”. Ella se encontraba en Houston y pidió que la esperaran hasta el último día. “Por suerte llegué a subir a un avión y llegué al casting en la mañanita. Me llamaron unas horas después para decirme que había sido seleccionada.” Ana Lucía nos cuenta que esta obra, escrita y dirigida por Paola Vicente, fue una experiencia retadora pues, tratándose de una reposición en donde ella era la única nueva, tuvo que acoplarse en poco tiempo a la obra. Fue un esfuerzo que después fue reconocido en el Festival “Santiago Off” en Chile.

Cualidades de un actor y director

Ana Lucía nos cuenta que con cada obra, ella aprende algo nuevo siempre, “pues cada personaje me enseña algo, además de que descubro algo más de Ana Lucía. A veces encuentro cosas de mí que no conocía. Cada obra hace que me desarrolle más”. Ella opina, respecto a las cualidades que debería tener un actor o actriz, que “debe tener el bichito de la curiosidad, querer saber más, ser responsable, puntual. Mis papás siempre me enseñaron a llegar diez minutos antes, es por respeto a tus compañeros. Una obra de teatro no la haces solo, la haces en grupo. Hay que tenerle respeto a todos los involucrados”.

Agrega además, que nunca se deja de aprender, por más que se haya tenido un recorrido súper largo. “Cada actor con el que vas a interactuar tiene una forma de trabajar y cada obra tiene un mensaje diferente. Como actor, uno no puede quedarse en lo cómodo, porque cuando caes en la zona de confort, caes también en lo ordinario y no tienes desarrollo”. Del mismo modo y gracias a su experiencia, Ana Lucía ha podido lidiar con directores que le han dejado aprendizajes de todo tipo, pues “cada director tiene su forma de dirigir. Ximena Arroyo me dio un personaje totalmente diferente a mí, me retó un montón. Era toda una exploración. Katty Serrano me ayudó a explorar mi personaje a través de la improvisación”.

Veranos y proyectos

Ana Lucía está muy agradecida por la experiencia de El último verano, pues pudo ponerse en los zapatos de “Dianita”, un personaje que, además de poder demostrar su versatilidad actoral, le permitió conocer un poco más de lo que es convivir con autismo dentro de una sociedad como esta. “Ella sería invisible, pasaría desapercibida. Es un tema de inclusión social que me chocó”. Ella investigó sobre su personaje, leyó foros de mamás contando sobre sus hijos con autismo, y fue una experiencia muy fuerte. “Una chica con autismo hizo un video de su día a día sin hablar, solo se comunicaba a través del teclado. Ella misma escribió: “Yo no me siento autista, solo que a veces mi cerebro hace cosas que yo no quiero hacer y no entiendo por qué. El único momento en el que me siento autista es cuando veo caer el agua del caño, mi cerebro se pone el blanco”. “Dianita” me enseñó eso”.

Como actriz, Ana Lucía tiene muy claro su propósito. “Quiero transmitir mensajes a la gente a través del teatro. Lo lindo es que se genera una conexión muy fuerte entre el público y los actores, al punto de sentirte involucrado en la obra e identificándote con uno de ellos". A veces, el teatro está en riesgo de perder su esencia cuando se empiezan a montar productos repetitivos por el mero hecho de ser comercial; sin embargo, Ana Lucía cree que “hoy por hoy veo más riesgo en escena, es bonito tocar temas que no son escuchados. A veces olvidan los mensajes, y solo distraemos o divertimos a la gente. Falta empezar a mover el teatro por ese lado para que la gente pueda interesarle. Las obras que te dejan pensando son las obras que te dan un mensaje, una pregunta que resolver”.

Ana Lucía está dirigiendo actualmente una Casa de Terror Cultural en el Asia Park, en el bulevar de Asia. “Esta casa no es la típica de terror, lo que queremos es dar un mensaje, no solo asustar. Queremos desenterrar a todos estos héroes que no han sido escuchados. Que estos personajes puedan contar su historia y a la vez asustando para que esta generación  no se aburra. Sacar leyendas, mitos peruanas contando historias, culturizando”, nos cuenta a la expectativa. En cuanto a producciones teatrales, estrenará en Aranwa Zodiaco, una obra de soundpainting en torno al zodiaco chino, dirigida por Mario Gaviria, los martes y miércoles del 27 de febrero al 14 de marzo. “Somos doce artistas en escena con diferentes tipos de disciplinas, como canto, danza, música, origami, burbujas, improvisación, acrobacia, entre otras. Feliz de estar dentro de este grupo con personas tan talentosas, es muy enriquecedor, cada día aprendo más de ellos”, comenta.

¿Qué opinión tiene Ana Lucía del panorama de las artes escénicas para los actores y actrices? “Ahora estoy viendo que hay más trabajo para actores que recién están comenzando. Por ejemplo, este evento que hace Oficio Crítico me parece genial, tanto actores con experiencia como otros que recién empiezan son tomados en cuenta por su trabajo. Esto incentiva a los actores de nuestra generación a continuar, por ese lado se están abriendo más puertas en este mundo. La perspectiva es que tiene que seguir creciendo, que está cambiando”. El trabajo del artista no se puede desligar del contexto político donde vivimos, por lo que Ana Lucía comenta que “los actores debemos continuar, no nos debe detener nada; seguir por más que haya una bomba detrás. Hay que seguir. Hay que apoyar al Perú, ser sinceros con lo que opinamos. Hablo, converso, defiendo, digo lo que pienso”, finaliza.

Stefany Olivos
25 de enero de 2018

1 comentario:

Unknown dijo...

Esto es sólo la punta del témpano. Hay un camino súper largo para ti AnaLú y brillarás más que el sol.