miércoles, 28 de enero de 2015

Entrevista: GABRIELA BILLOTTI

“Me considero muy racional”

Una de las personas a la que Gabriela Billotti le dedicó el premio del público como mejor actriz de reparto por la obra Confusiones, fue a Sara Joffré. “Nunca tuvimos una relación muy estrecha”, confiesa Gabriela. “Pero la ayudé en las primeras ediciones de la revista Muestra; Sara tenía una imagen muy particular y la gente se preguntaba qué hace Gabriela con ella, pero esa era una de las virtudes de Sara: la de juntar a todo el mundo”. Gabriela menciona que su hija mayor se llama Sara justamente por su amistad con nuestra reconocida crítica y dramaturga. “En una época yo le alquilaba a Sara un segundo piso de la calle Colón en Miraflores, nos veíamos mucho, a veces se quedaba a dormir, subía y conversábamos. Ella vio Confusiones, le gustó la obra, me dijo que estaba bien dirigida y actuada por todos. Y Sara no mentía, a mí me ha ido a ver en muchas cosas y me decía: “Flaca, qué estás haciendo”, siempre fue sincera”.

También sorprendió el hecho que Gabriela mencionara que por primera vez hacía comedia. “Siempre me han llamado para hacer drama, debe ser por mi carácter de… (risas) Hice hace muchos años la obra Tres amores postmodernos (1998) de Eduardo Adrianzén en la Alianza Francesa y uno de los personajes que interpretaba era gracioso, pero la obra no era una comedia.” Gabriela recuerda también haber participado en la obra Dime que tenemos tiempo (1997) de César De María. “Gisela Cárdenas y yo interpretábamos a dos actrices cómicas que nos odiábamos a muerte, y en la obra teníamos que hacer un sketch de cuando éramos famosas 40 años después. La obra era un dramón, pero la gracia estaba en que todos los chistes los decía molesta” recuerda.

La carrera de actriz

“Mi maestro fue Alberto Isola en el Primer Taller Avanzado de Teatro del grupo Ensayo en los años noventa”, nos cuenta Gabriela, que tuvo como compañeros de promoción a artistas como Bruno Odar, July Natters, Eduardo Adrianzén, Rebeca Ráez, Gisela Cárdenas, entre otros; y que terminó con la puesta en escena de El matrimonio de Bette y Boo (1990). “El resto de mi aprendizaje fue en las tablas, yo creo que haciendo, aprendes. No tengo un método determinado para actuar, voy dejando que me guíe la acción, encuentro el camino en ensayos y funciones, intento entender que está pasando y qué estoy diciendo, soy muy racional”. También nos confiesa que ella no paporretea y días antes de cualquier estreno todavía lucha con la letra. “Yo sigo interiorizando hasta el final y me costó entrar en el ritmo de la comedia. En los dramas hay silencios y pausas, en comedia no los hay.” Pese a todo, Confusiones reunió a un competente grupo de actores, conformado por Sergio Gjurinovic, Nicolás Fantinato, Pold Gastello y Patricia Barreto. “David me llamó para invitarme a trabajar con él, yo le dije que no soy actriz cómica, pero finalmente me convenció”.

¿Qué requisitos debe tener una buena actriz de teatro? “Disciplina, puntualidad, buena memoria (risas)… es una suma de muchas cosas”, contesta Gabriela. “Tiene que gustarte mucho lo que haces, tienes que sentir pasión; una temporada no te da para vivir, solo te pagan los gastos y un poco más, en la mayoría de los casos”. Por otro lado, comenta que un buen director de teatro debe tener “oído, paciencia y no querer imponer las cosas: a veces me ha pasado que directores me han dicho hasta el tono con el que debo hablar, ¡mejor ponte una peluca y actúas por mí! Yo entiendo que el director tiene la última palabra, pero debe haber una negociación con el actor”. Además, asegura que existen directores que vienen con una idea tan fija, que impide el normal trabajo de la actriz. “Mi trabajo es darle mi propuesta y escuchar la del director, después encontrar el punto medio. ¡Es horrible cuando te censuran y no te dan libertad! Pienso que debe ser un descubrimiento mutuo, si un actor no sorprende al director, para qué está ahí.”

La dirección no le es desconocida a Gabriela, pues ella ya dirigió en el 2012 a un grupo de chicos entre los 8 y los 20 años, en un espectáculo musical presentado en la Alianza Francesa y en el Teatro Julieta. “No volvería a dirigir una cosa así sin estar preparada. Es difícil dirigir a tantos chicos, ¡terminé afónica!”, relata. Sin embargo, no descarta dirigir algo para adultos en el futuro. “Tal vez más adelante me meta al taller de dirección que se dicta en Aranwa. Ya llegará el momento”, concluye.

Sergio Velarde
28 de enero de 2015

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