domingo, 2 de febrero de 2014

Entrevista: SEBASTIÁN REÁTEGUI

"La idea no es copiar a otro actor, es crear sobre tu investigación"

Una de las gratas sorpresas que nos trajo el 2013 fue la conmovedora actuación del joven actor Sebastián Reátegui, dándole vida a Joseph Merrick, enfermo de neurofibromatosis con deformaciones por todo el cuerpo, en la puesta en escena de El Hombre Elefante, dirigida por Joaquín Vargas. Su lograda interpretación le valió el premio de El Oficio Crítico como el Mejor Actor en la categoría de Drama. “Y eso que yo quería ser en un inicio intérprete de idiomas”, recuerda. “Una profesora de mi colegio (el Humboldt) me dijo que debía hacer algo creativo, así que aproveché mis últimos años para llevar todos los talleres que pude relacionados al teatro”.

En el 2006, con solo 17 años, llamó a su madre (la destacada periodista Mónica Delta), que en ese entonces vivía en Estados Unidos, para comunicarle que quería ser actor de profesión. “Luego de una pausa me dijo que vaya para allá a estudiar, y unos días después ya estaba asentado en Maryland”, recuerda. “Cuando llegué, ya se había pasado la fecha de postulación a la universidad, así que me dediqué ese primer año a llevar talleres de actuación”. Sebastián tomó clases de teatro musical y de principios de actuación, para después ingresar a la Universidad en Maryland, en donde siguió estudios de Teatro y Literatura Alemana.

De regreso al Perú

Sebastián no había decidido volver al Perú, pero su pasaporte europeo debía ser renovado. “Así que volví a mi país y empecé a relacionarme con amigos actores, entré al taller de Prelu­dio y después al de Alberto Ísola, y así me fui quedando, chamba tras chamba.” Joaquín Vargas lo llamó por una recomendación, para tener el papel protagónico en El Hombre Elefante. “Al inicio marcamos la obra sin construir mi personaje, sin fisicalidad; después de un mes, cuando ya teníamos todas las emociones y sentimientos adecuados, me dijo que creara algo. Así que me puse a investigar, a buscar, a leer, hice mucha investigación. Vi la película de Lynch por curiosidad, pero la idea no es copiar de otro actor, es crear sobre tu propia investigación”.

Para Sebastián, un actor de teatro debe “ser sincero consigo mismo, tener un compromiso con su trabajo, y tener pasión por aprender cosas siempre”. Y un buen director debe “creer que el teatro es un trabajo y no un pasatiempo, debe escuchar y recibir las propuestas de los actores, y además, tener la habilidad de socializar con el grupo”. Entre los proyectos que tiene Sebastián para este año, figuran una temporada en el Británico con la obra Todos eran mis hijos de Arthur Miller, su participación en la cinta F-27 de próximo estreno, y un proyecto de televisión. “Cada personaje que hago lo trabajo mucho; la investigación es muy importante: está bien crear algo nuevo, pero siempre teniendo una base”, concluye.

Sergio Velarde
02 de febrero de 2014

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