sábado, 23 de julio de 2011

Crítica: ENTONCES ALICIA CAYÓ

La maternidad sobre el tapete

La maternidad siempre ha estado asociada al factor tiempo: a veces llega prematuramente, o a veces nunca lo hace; el paso de los años nos convence que debimos optar por ella cuando la posibilidad aún existía, o tal vez nos haga dudar de lo acertada de la decisión ya tomada. Para todas las mujeres sin excepción, la opción de convertirse en madre y engendrar una nueva vida constituye una decisión vital en sus vidas, y no cuentan con todo el tiempo del mundo para decidirse, por cierto. Entonces Alicia cayó es una obra estrenada en el Teatro Británico, que consigue exitosamente ligar este interesante y siempre vigente tema con elementos literarios extraídos de la novela “Alicia en el país de las maravillas”. La directora y dramaturga Mariana de Althaus consigue también darle la importancia debida a la premura del tiempo como elemento unificador de las historias que presenta (y como una genuina amenaza), pero la puesta en escena adolece de ciertos defectos que impiden que sea sobresaliente, aunque sí muy disfrutable.

De Althaus divide la obra en tres claros hilos narrativos, desarrollando hábilmente cada historia en paralelo dentro del mismo espacio escénico, que representa a tres habitaciones distintas dentro del mismo hotel, llamado Wonderland. La cantante cincuentona Alba (Ana Cecilia Natteri) debe enfrentar la infidelidad de su esposo Basilio (Carlos Mesta) con una mujer más joven; Daniela (Sofía Rocha) es una dramaturga que lucha por sostener la tirante relación con su hija adolescente (Patricia Barreto); y la cuarentona Alicia (Vanessa Saba) quiere ser madre, pero su novio Martin (Paul Martin) no está tan seguro de esa idea. Algunos personajes lograrán salir del metafórico hoyo en el que cayeron, gracias al contacto con elementos real-imaginarios del universo propuesto por Lewis Carroll, que parecen desprenderse de la adaptación que realiza Daniela sobre la historia de “Alicia en el país de las maravillas”.

Las tres historias principales podrían haber mantenido una fuerza pareja, pero el irregular elenco no contribuye a lograr este objetivo. Una buena actriz como lo es Saba, luce demasiado joven y por ende poco creíble, como la cuarentona desesperada por tener un hijo. Tampoco la ayuda en escena un Paul Martin en piloto automático, repitiendo su eterno y gastado esquema actoral. Natteri y Mesta al menos les imprimen cierta dignidad a sus otoñales personajes en crisis, pero son Barreto y la brillante Rocha, quienes se lucen como la hija adolescente y la madre soltera, respectivamente. Es justamente esta subtrama la que sostiene toda la obra, consiguiendo las escenas más sinceras y conmovedoras. Entonces Alicia cayó, ganadora del 3er. Concurso de Dramaturgia Peruana por el Centro Cultural Británico, confirma a Mariana de Althaus como una de las dramaturgas y directoras contemporáneas más influyentes de nuestra escena nacional, y logra con esta puesta en escena, motivar la reflexión sobre un aspecto tan delicado y gratificante como lo es la maternidad.

Sergio Velarde
20 de julio de 2011
Publicado originalmente en SEMANAECONÓMICA.COM, 21/07/2011
http://semanaeconomica.com/articulos/69908-resena-de-obra-de-teatro-entonces-alicia-cayo

sábado, 9 de julio de 2011

Crítica: DEMASIADO POCO TIEMPO

Alabad todos a David Carrillo

He aquí diez contundentes razones para celebrar la última puesta en escena del talentoso director David Carrillo:

1. Adaptar y encadenar con absoluta coherencia ocho piezas breves del ingenioso dramaturgo norteamericano David Ives, que abordan tópicos extravagantes y sencillamente inolvidables acerca del escaso tiempo que disponemos para alcanzar la felicidad y la redención, y que mezclan con acierto la comedia pura con el suspenso, el drama y el romance.

2. Plasmar imágenes surrealistas e impactantes, como las dos moscas tratando de aparearse, pues sólo disponen de un día de vida; o el técnico hablando con su adorada lavadora, que le recuerda indefectiblemente a su madre; o el político ruso León Trotski, reflexionando sobre su cercana muerte con una piqueta en la cabeza.

3. Valorar con acierto el contenido de cada pieza, evidenciando los mensajes con claridad y aprovechando los recursos que disponen, convirtiéndolas en verdaderas joyitas.

4. Mantener admirablemente el ritmo de la dilatada duración de la obra, gracias a la energía y fluidez de sus intérpretes, así como también en los cambios de escena realizados en su totalidad por ellos mismos.

5. Rescatar del discreto olvido a una sala de renombre como el Teatro Larco, que resurge como la nueva morada de la Asociación Cultural Plan 9, luego de tres intensos años calentando el Teatro Mario Vargas Llosa.

6. Ser contundente ejemplo para todo actor, que sólo con dedicación, paciencia, esfuerzo e intensos ensayos pueden lograrse obras con escenas soberbias, de precisión milimétrica, especialmente la última, que aborda el tema de los universos paralelos, en la que el espectáculo alcanza niveles de teatro puro.

7. Conseguir que los cinco intérpretes de la puesta, Manuel Gold, Alina Ferrand, Carlos Galiano, Masha Chávarri y Pietro Sibille, rayen la perfección, potenciando sus virtudes y resaltando la evidente versatilidad de su trabajo en conjunto.

8. Servir de inspiración para aquellos incautos que creen que lo han visto todo en teatro y que no hay nada nuevo por explorar: Demasiado poco tiempo es un claro ejemplo de excelencia en el teatro independiente, realizado con pasión, entrega y responsabilidad.

9. Invitar al espectador a reflexionar sobre el tan poco tiempo que tenemos y las tantas cosas que nos quedan por hacer.

10. Comprobar que, efectivamente, hay “demasiado poco tiempo” para poder ver una de las mejores puestas del año, pues la temporada tarde o temprano llegará a su fin. De visión obligatoria. A verla ya.

Sergio Velarde
08 de julio de 2011

lunes, 4 de julio de 2011

Crítica: HISTORIAS PARA SER CONTADAS

Historias vigentes y nunca olvidadas

Existe un tipo de obras recurrentes en las muestras de teatro, aquellas que son utilizadas con frecuencia en talleres como meros ejercicios para entrenamiento actoral (algunas de ellas escritas exclusivamente para dicho fin). Uno de estos textos es Historias para ser contadas del dramaturgo argentino Osvaldo Dragún, que ha sido representada innumerables veces a lo largo de los años y que significa actualmente un gran reto para el joven director Jorge Medina Moretti y el colectivo Cuando la luna se caiga, pues debían escapar de la inevitable etiqueta de ser una “muestra” y convertirla en un montaje profesional. Luego de apreciar el montaje, celebramos un balance afortunadamente positivo, que consigue con creces insuflarle nuevos aires a estas cuatro historias que critican, justamente, la crítica relación hombre-sociedad.

Armados únicamente con un par de maletas y unos cuantos cubos, cuatro actores de colorido vestuario se lanzan al escenario a teatralizar cuatro cuadros, en los que el autor argentino expone con maestría lo abrumadora que resulta nuestra sociedad, tan egoísta y agobiante, y su nefasta influencia entre aquellos que la conforman. En “Historia del mono que se convirtió en hombre”, asistimos a la (des)humanización de un par de primates, que de manera hilarante se transforman en especímenes humanoides muy reconocibles; en “Historia de un flemón, una mujer y dos hombres” somos testigos del trágico final de un trabajador de la calle que se ve obligado a laborar pese a un espantoso dolor de muelas; en “Historia de cómo nuestro amigo Panchito González se sintió responsable por la epidemia de peste bubónica en África del Sur”, la carga familiar obliga a un hombre a importar de manera inescrupulosa carne de rata al África del Sur ocasionando un brote epidémico; y en “Historia del hombre que se convirtió en perro”, la falta de oportunidades laborales y la necesidad de sobrevivir denigra a un hombre al grado de tener que suplantar a un perro por un mísero sueldo trastornando su salud mental.

Excelente puesta en escena, muy fresca y vital, que no sólo respeta el concepto base del autor, si no que agrega algunos toques de modernidad, como la musicalización de algunas líneas, con agradecida voz en vivo. Otro acierto es el carismático elenco, que sostiene el ritmo de la obra con mucha energía y vitalidad: los actores Dante Del Águila, Julio Navarro, Sergio García – Blásquez y Olenka Castro (en ese orden), demuestran gran destreza vocal y gestual para interpretar sus múltiples personajes. Historias para ser contadas de Osvaldo Dragún, en esta nueva reposición a cargo de Jorge Medina Moretti en el Centro Cultural CAFAE de San Isidro, supera las expectativas, consolidándose como un espectáculo ameno, intenso y completo.

Sergio Velarde
03 de julio de 2011