martes, 5 de agosto de 2008

Crítica: LA MOSCA DOMÉSTICA y UN DOLOR AGUDO Y PUNZANTE


Dramaturgia atemporal


Siempre es grato ver en escena obras de autores nacionales, especialmente las del dramaturgo “más prolífico y distinguido de América Latina” (según mención de la Universidad de Texas - U.S.A.) y actual Secretario General del SAIP, Juan Rivera Saavedra. La Asociación Cultural Pegaso, bajo la dirección de Mary Oscátegui, lleva a escena en el Club de Teatro de Lima las comedias: “Un dolor agudo y punzante” y “La mosca doméstica”, escritas por JRS en 1967, y que dejan ver la aguda y certera visión del autor, pues ambas lucen muy actuales, o en todo caso, atemporales.

En “Un dolor…” se juega con la contraposición de caracteres en el espacio temporal: luego de un leve accidente, un muchacho vuelve a casa para lamentar exageradamente su suerte ante su sufrida madre. Con el transcurrir del tiempo, y de manera sorpresiva aunque gradual, la situación inicial se invierte, la víctima se convierte en lo que tanto temía y la madre adquiere un fuerte carácter, que la lleva incluso a dar rienda suelta a su lado socialista, siempre acompañada por el fino humor negro del autor.

Mientras que en “La mosca doméstica”, una de las pocas comedias peruanas de ciencia ficción representada frecuentemente desde su publicación, no se da tregua al espectador con las constantes e inesperadas vueltas de tuerca que tiene su historia. Un matrimonio en decadencia regresa a casa luego de asistir a un funeral, en el que ella perdió los papeles. La histeria y la soledad por la pérdida se ven acrecentadas por la paranoia generada por una sirvienta muy particular. La interpretación por parte de los actores genera la comedia y hacen creíbles los increíbles reveses del texto, que sorprenden hasta el final.

La puesta en escena, minimalista y ajustada, se sostiene básicamente en la dramaturgia y en el histrionismo del elenco. A destacar la actuación de Mary Oscátegui, quien se luce en ambas obras, construyendo personajes muy diferentes entre sí, tanto en expresividad corporal como en el manejo del ritmo y la voz. José Medina (en “Un dolor…”) y Walter Huallpa (en “La mosca…”) acompañan acertadamente a la actriz y directora del espectáculo, superando los baches en la operación de las luces y el sonido. Dos simpáticas comedias, no carentes de reflexión, muy recomendables para apreciar la atemporal creación dramatúrgica de JRS.

Sergio Velarde
05 de Agosto de 2008

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